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En su réplica en el debate sobre la gestión de la DANA, Sánchez no sólo no aceptó ninguna crítica sino que se permitió algunas insólitas lecciones.

Risas y hasta aplausos ante la desfachatez de Sánchez al hablar del uso "patrimonialista del Estado"

En su réplica en el debate sobre la gestión de la DANA, Sánchez no sólo no aceptó ninguna crítica sino que se permitió algunas insólitas lecciones.

En el largo debate celebrado este miércoles en el Congreso, con la comparecencia de Pedro Sánchez un mes después de la DANA, unas palabras del presidente del Gobierno llamaron especialmente la atención de buena parte de los diputados de la Cámara.

"Ustedes tienen un concepto muy patrimonialista del Estado, que les hace pensar que tienen derecho a utilizar las instituciones en beneficio de sus familiares y de sus amiguetes", dijo Sánchez apenas unos días después de la declaración de Víctor de Aldama sobre la trama de corrupción que le rodea y con su mujer, Begoña Gómez, y su hermano imputados por tráfico de influencias, entre otros delitos.

Sus palabras desataron la reacción inmediata de la bancada popular, que acogió con risas, protestas y aplausos a la solemne afirmación de un presidente que ha dedicado la legislatura a colonizar las instituciones, desde el Constitucional a la Fiscalía o RTVE. Lejos de amilanarse, el presidente insistió en su teoría: "Por supuesto que sí", dijo mientras los diputados populares celebraban la ocurrencia entre risas.

"Pregúntele los contratos que daba a su hermana y familiares en la Xunta de Galicia", insistió el presidente en alusión a Feijóo y las informaciones sobre contratos de la Xunta con la empresa en la que trabajaba su hermana que medios de la izquierda airearon en las últimas semanas mientras arreciaban las informaciones sobre Begoña Gómez.

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