
Oriol Junqueras, reacio siempre a mostrar sus cartas, no ha tenido más remedio este lunes que aceptar algunas de las pretensiones de la candidatura que ha quedado apartada de la carrera por la presidencia de ERC pero cuyos votos serán claves el próximo 14 de diciembre, fecha fijada para la segunda vuelta. Entre esas condiciones destaca la de realizar una nueva consulta sobre el apoyo de ERC a Salvador Illa, el presidente socialista de la Generalidad, cuando se cumpla un año de mandato.
El dirigente separatista se quedó a 111 votos de resultar reelegido presidente de ERC en las elecciones celebradas el pasado sábado, de modo que tendrá que afrontar una segunda vuelta para la que necesita que la candidatura alternativa (los roviristas encabezados por Xavier Godàs) no sumen los votos de Foc Nou (Fuego Nuevo), la plataforma de Helena Solà y Alfred Bosch que quedó apartada de la carrera, pero cuyos votos son imprescindibles para los dos candidatos que quedan en la pugna.
La candidatura de Solà y Bosch pretende ser la defensora de las esencias independentistas del partido republicano, muy tocadas en los últimos años por la política de Junqueras de pactar sistemáticamente con los socialistas tanto en Madrid como en Barcelona. Así, Foc Nou pretende que se revise la colaboración tanto con el PSOE como con el PSC, pero especialmente en el caso de la Generalidad.
La propuesta estrella de la candidatura apartada era la de celebrar una nueva consulta con la militancia sobre el apoyo al Govern socialista de Cataluña cuando se cumpla un año de legislatura. En una entrevista en la emisora de la Generalidad, Catalunya Ràdio, Junqueras ha asegurado que no sólo acepta esa condición sino que está dispuesto a "subir la apuesta" y condicionar todos los pactos futuros con los socialistas al cumplimiento de los acuerdos pactados tanto en Madrid como en Barcelona.
Deuda y concierto económico
Dichos acuerdos no son asuntos menores precisamente. Entre otras prendas, la investidura de Pedro Sánchez tras las elecciones del 23 de julio del año pasado vino aparejada a la promesa de condonar la deuda de la Generalidad con el Fondo de Liquidez Autonómica. Y la de Salvador Illa costó un acuerdo de "financiación singular" que es idéntico al modelo de concierto económico del País Vasco y Navarra, según insisten en ERC.
De resultar reelegido y cumplir su palabra, Junqueras bloquearía las negociaciones de los presupuestos tanto del Estado como de la administración autonómica hasta que se produjeran avances concretos tanto en materia de deuda como de financiación autonómica, un acuerdo, este último, avalado por el PSOE en su congreso de Sevilla. En el caso del traspaso de la red ferroviaria de Cercanías en Cataluña ya se han establecido los calendarios de trabajo, que comenzarán con el nuevo año.
Los terceros en discordia de ERC han mostrado una escrupulosa equidistancia entre los junqueristas y los roviristas. Alfred Bosch ha señalado en la misma emisora que ambas plataformas representan el "continuismo" y ha insistido en la necesidad de que la militancia vuelva a votar sobre el apoyo a los socialistas en Cataluña.
Mientras tanto, el Gobierno y el Govern siguen pendientes de la crisis interna de ERC para saber con quién tendrán que negociar sus respectivos presupuestos.