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La lucha de un adicto por prohibir las tragaperras en los bares: "Vives en una mentira constante"

En España hay más de 150.000 máquinas tragaperras, mientras que más de 400.000 personas son ludópatas.

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En España hay más de 150.000 máquinas tragaperras, mientras que más de 400.000 personas son ludópatas.
Salón de máquinas tragaperras. | Pixabay

La ludopatía es un trastorno de orden psicológico y una adicción patológica a los juegos electrónicos o de azar. Según The Lancet Public Health, alrededor de 80 millones de adultos sufren de esta adicción en todo el mundo.

Hay que resaltar que los jóvenes de entre 18 y 25 años son los que más corren riesgo de padecer trastornos del juego, según el Estudio de Prevalencia de Juego 2022-2023, elaborado por la Dirección General de Ordenación del Juego del Ministerio de Consumo.

Muchas personas luchan en su día a día contra esta adicción, como es el caso de R.O., el nombre falso bajo el que se esconde un español adicto al juego. Esta víctima de la adicción tiene que hacer frente a las máquinas tragaperras cada vez que entra a un bar, por ello, es el impulsor de la iniciativa en Change.org que pretende prohibir estas máquinas en los bares.

En su misma situación se encuentran muchos ciudadanos, concretamente más de 400.000 españoles que deben hacer frente a las más de 150.000 máquinas tragaperras que se encuentran repartidas por toda España.

Más de 41.000 firmas

Esta campaña de Change.org, emprendida a finales de enero, lleva ya 41.000 firmas y sigue subiendo. Sin embargo, la lucha del protagonista es la misma que llevan muchas asociaciones desde hace más de 20 años, aunque es una tarea muy complicada, ya que las máquinas recreativas están reguladas por las comunidades autónomas y cada una cuenta con su propia normativa sobre su instalación, funcionamiento, impuestos y control.

Algunos países, como Polonia o Noruega, ya han prohibido estas máquinas, una medida que también busca el protagonista, de 52 años, quien comenzó a jugar a juegos de azar con apenas 16 hasta volverse adicto. R.O., adicto al juego e impulsor de la iniciativa en Change.org, ha estado En casa de Herrero, programa de esRadio, para compartir su historia.

Todo comenzó cuando "empecé a notar que perdía el control y que era adicto", ha explicado R.O. en esRadio. Sin embargo, según ha señalado, fue algo "progresivo", ya que cada día "jugaba más e invertía más dinero". Fue entonces cuando se dio cuenta que ya hacía muchos años que jugaba y que había perdido el control de su vida.

Casado y con dos hijos, R.O. se dio cuenta que su pasión por los juegos se había convertido en una adicción que le estaba "aislando de la familia" y sumiendo en "una mentira constante", ya que se pasaba el día "ocultando las cosas". "Es un sinvivir", ha declarado la víctima.

En este punto, R.O. también se volvió adicto al alcohol, ya que según ha explicado, "al entrar al bar además de jugar me pedía una consumición para no entrar directamente y ponerme a jugar".

Un dispositivo con lector de DNI

Cuando se vio desbordado por la ludopatía, R.O. acudió al centro de salud mental de su ciudad, donde en el departamento de adicciones comenzó en un tratamiento acompañado de una psicóloga especializada en ludopatía. "Estuve ingresado en una clínica y pasé un año sin jugar", pero al cabo del año volví a recaer", ha contado en la radio.

Por ello, busca con su iniciativa que las personas que, como él, sufran de esta adicción patológica, no encuentren cada vez que entren en los bares máquinas que les puedan hacer recaer. "No me esperaba esta respuesta. Estoy muy esperanzado y creo que la gente está apoyando una cosa que todos teníamos en mente, pero que nadie hablaba de ello porque era una algo muy cotidiano", ha señalado en esRadio.

Si la iniciativa no sale adelante, en la misma plataforma se habla de una alternativa que podría ser viable en caso de no poder prohibir las máquinas. Se trata de "instalar un dispositivo en cada máquina con un lector de DNI", ha explicado R.O. Si la persona está dentro del registro de jugadores que tienen prohibido el juego, la máquina se bloquea, al igual que si la persona es menor de edad.

En España

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