Padecía una condición de "baja autoestima", había sufrido acoso escolar y su madre estaba enferma y no se podía hacer cargo de ella. Eso y la edad es lo poco que ha trascendido de una niña de 12 años que en 2020 fue violada, vejada y ofrecida a otros hombres por un pederasta que en el momento de los hechos tenía 40 años.
El sujeto, para que el que la Fiscalía de Barcelona pide 107 años de prisión, contactó con la menor a través de la aplicación de citas Badoo y después se valió de otras aplicaciones como Hangouts e Instagram. Quedó con ella en un centro comercial de la localidad barcelonesa de Esplugues y se la llevó a su casa, en el centro de Barcelona. La violó repetidas veces durante un periodo de tiempo no especificado. La menor se fugaba muy a menudo del centro de la Generalidad y recalaba en casa del pederasta. El acusado la grabó siendo forzada por él y por otros hombres, a los que "ofreció" a la menor a través de redes sociales.
Los agentes se incautaron de 232 fotografías y nueve vídeos en los que aparece la niña siendo forzada por su captor y por otros hombres. Además de otro material pornográfico de naturaleza pedófila.
Según la Fiscalía, el investigado habría cometido los siguientes delitos: agresión sexual a menor de dieciséis años con acceso carnal por vía vaginal, delito continuado de agresión sexual a menor de dieciséis años con acceso carnal por vía vaginal, anal y bucal; delito continuado de utilización de menor de edad para la elaboración de pornografía infantil y delito de distribución de pornografía infantil; delito de acoso a menor de 16 años por medio de tecnologías de la información; y delito de exhibición obscena ante menor de edad. Además, se le reclama una indemnización de 100.000 euros para la víctima.
Cambios en la Generalidad
La información sobre este caso añade más dudas sobre el funcionamiento de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) de la Generalidad de Cataluña, de quien dependía la niña.
Hace un mes, la consejera de Derechos Sociales de la Generalidad, Mónica Martínez, cesó a la la directora y del subdirector de la DGAIA, Isabel Carrasco y Joan Mayoral. Carrasco había sustituido seis meses antes a Ester Cabanes, que había estado en el cargo seis años. En cuanto al subdirector, Mayoral había sido el segundo de la dirección general entre 2007 y 2018 y había vuelto al cargo de la mano de Carrasco.
El cese se atribuyó a unas declaraciones de la directora de la DGAIA sobre el acompañamiento a los menores tutelados en un reportaje de TV3. "Intentamos dar respuesta a los jóvenes que están en la calle y quieren ser ayudados. Cuando uno es mayor de edad y no se deja ayudar, la dirección general debe poner unos límites. ¿Hasta cuando debe atender la dirección general, hasta los 30, los 40?", dijo Carrasco según la edición catalana de El País. Josep Muñoz Luque es el nuevo director de la DGAIA, bajo cuya tutela están 19.000 menores.