La tercera sesión del juicio contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha comenzado con la declaración como testigo del exlíder del PSOE en Madrid, Juan Lobato.
Durante el interrogatorio, Juan Lobato ha protegido al PSOE y ha contestado las preguntas de la acusación con evasivas y monosílabos. Al ser preguntado sobre quién le dio la orden de mostrar en la Asamblea de Madrid el documento con los correos electrónicos de la negociación reservada entre el abogado de Alberto González Amador y el fiscal del caso Julián Salto, el exdirigente socialista aseguraba: "La decisión y la responsabilidad es mía".
A preguntas de la abogada del Estado Consuelo Castro, que ejerce la defensa de García Ortiz, Lobato ha negado que esa imagen le llegara de "alguien de la Fiscalía". "En absoluto", ha aseverado.
Sin embargo, la acusación particular que ejerce la pareja de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, quería saber por qué replicó a Sánchez Acera que, si no le decía de dónde venía, podía parecer que procedía de Fiscalía, preguntando directamente si es que sospechaba que era así.
"Si es que yo no puedo decir que tuviera sospechas. Yo lo que tenía es prudencia porque yo sé interpretar, ya después de unos años en política, lo que puede suponer una cosa u otra. Y, en ese caso, veía que no era prudente esa vía de actuación", exponía.
Lobato ha explicado que si se dirigió a ambos, tras recibir el 'pantallazo' de Sánchez Acera, fue para saber "de dónde venía ese documento". A ella, porque era quien se lo había facilitado. Y a él, porque era quien mejor podía saber lo que se había publicado en prensa.
El exsecretario general del PSOE de Madrid ha reconocido que al recibir la imagen se puso en alerta porque, "como técnico de Hacienda", sabía que si su origen no estaba "certificado" era "mejor no utilizarlo". "Primero, esto no tiene fecha; segundo, de dónde viene. Ya mi sensación era que eso no...", ha detallado. A su vez, ha reivindicado que intentó cerciorarse de que podía utilizarlo porque "no tenía claro su origen" y solo estaba dispuesto a exhibirlo en la Asamblea de Madrid, como arma política, si era "legítimo".
A este respecto, ha manifestado que, si acudió al notario para protocolizar sus 'whatsapp' de esa mañana, fue porque, tras tener conocimiento de que había un procedimiento judicial, le guió ese mismo "criterio de prudencia". Quería "acreditar que había dos documentos distintos: uno el que yo recibo, documento A, y otro el que se publica en los medios, documento B. Y que yo, en todo caso, en el Pleno de la Asamblea de Madrid utilizó siempre el documento B, y no el documento A", ha destacado.
Sánchez Acera se ríe del tribunal: no recuerda
Por su parte, la exjefa de gabinete del actual ministro Óscar López en Moncloa, Pilar Sánchez Acera, ha negado haber recibido los correos originales filtrados de la negociación reservada del abogado de González Amador. Sánchez Acera aseguraba a continuación que los recibió de la prensa, pero que no recordaba qué periodista le envió el documento que reenvió posteriormente a Juan Lobato.

Sánchez Acera ha explicado que el 21 de septiembre entregó su móvil "a un funcionario para que se lo dé a Presidencia del Gobierno que es quien me lo requiere" y le dieron uno nuevo con aplicaciones corporativas, sin aclarar si borró los datos previamente. Después, subrayaba que no conservaba los mensajes con Lobato: "Por lo que he visto en las noticias y en las actas que el señor Lobato aportó, sí. Los whatsapps no los conservo".
Además, reconocía que pudo haber un "encuentro" en "algún pasillo con el señor Vallés (exjefe de Comunicación de Moncloa) y que le dijera que Lobato tenía la oportunidad de estar en los medios. "Que estuviera en alerta. Era un poco eso", explicaba.
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