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Cuando no pasaba nada y ahora que pasa casi todo

Llevaba un tiempo ya no prudencial en que no mandaba una entrada para este "blog". No porque la actualidad de la crisis no me parezca apasionante. Al contrario: me parece demasiado apasionante como para mandar entrada ninguna al "blog". Me he limitado a permanecer puntualmente informado y a constatar la realidad, no a escribir sobre ella, porque me parece que ésta se lamenta sola, y volver a deplorarla por escrito (sobre todo si ya lo está haciendo casi todo el mundo), es hacer, un poco, pornografía sentimental. Pero no es esa la razón por la cual no he aparecido.
 
El motivo es que me siento abrumado de noticias. Ah, aquellos veranos en que no ocurría nada, como corresponde, y en que, si se moría inopinadamente alguien importante, nos pasábamos dos semanas cumplidas (pasó con Lady Di, o con John Kennedy jr.) estirando el funeral en comentarios morosos, porque no había otra cosa. Hoy, si se muere alguien importante en verano, a lo mejor la noticia sale dos o tres meses después, como si el interfecto hubiese desaparecido en el Amazonas, porque los obituarios pueden esperar a su publicación pero el mundo no espera. Están pasando cosas tan graves, y tantas, y se podría decir tanto sobre ellas, que no digo nada. "No te digo nada", dicen en mi tierra, cuando la cosa es lo bastante imposible. Mi mano no me obedece como debería si quiero comentar todo lo que ocurre. Me siento tentado a comentar, en cambio, lo poco que no ocurre. Me echo el periódico a la cara y no es que me olvide de que tengo manos, sino que me olvido hasta de que tengo familia. Por olvidarme, me olvido de comer. Me abismo, en el sentido más estricto. Eso no es un periódico: es un agujero negro. Y además se ha puesto a opinar tanta gente sobre lo que pasa, llevada de la desesperación ante la catástrofe española y, por qué no decirlo, llevada de la salvaje democratización internáutica en que todo el mundo cree que tiene una opinión, que hace añorar aquellos tiempos plácidos en que aquí en julio y agosto (y septiembre, con los veraneos de tres meses) opinábamos cuatro gatos y tres de ellos sobre temas como la epistemología de las chicharras o de la siesta. O sea, los asuntos de verdad importantes de estas fechas. ¡Lo que daría por hacer como César González-Ruano en el café de las mañanas, cuando ojeaba el "ABC" de detrás para adelante y encontraba que no había una noticia del día apta para él, con lo cual estiraba la nada y le salían, en sus últimos diez o quince años, aquellos pequeños ensayos sobre la agonía, que es lo mejor que escribió!
 
Pensaba, antes, que si algún día en el mundo se produjera una profusión de noticias importantes para comentar de forma continuada entonces acaecería algo así como el paraíso del opinador. Pero no ha ocurrido nada de eso. Ha ocurrido, o al menos a mí me ha ocurrido, más bien al contrario. Como está pasando de casi todo, me sumo en un estupor seguido de un bloqueo, que se parece ya demasiado a una inerme pasividad. Cuanto más hiperactivas se han vuelto las noticias (es decir, las desgracias), más linfático se ha vuelto uno. Cuando uno tiene la necesidad de hacer algo, y contra lo que se suele pensar de que la necesidad acucia a la acción, a lo mejor resulta que no encuentra la voluntad de hacer ese algo, aunque la tenga. Porque, en efecto, tengo la voluntad de decir muchas cosas sobre esta lamentable situación a la que hemos llegado y al Apocalipsis por llegar en la temporada otoño/invierno, lo que pasa es que me la rebusco, la voluntad, digo, y no la hallo. Tampoco ayuda comprobar la franca hostilidad, cuando no el desaforado desprecio (se podía limitar a odiarnos, sin vejarnos encima) que merece este blog de provincias a la mayoría de los altos cargos del PP en Murcia, aunque por ventura no a la totalidad. Eso me pasa por escribir más bien a favor del PP, que como se sabe es la manera más práctica de que el PP te tenga por enemigo (el PP sigue con su política de medios de siempre, aunque dicen haberla cambiado, y será desalojado del poder de la misma forma que siempre). Yo me pasaría al PSOE pero, aunque puedo cambiar fácilmente de principios, no así de convicciones.
 
En fin, que casi he llegado a una cierta postración, cuando sería preciso lo contrario, al menos para que no digan y para que no quede. Es lo que contaba aquel maestro Juan Martínez, el "bailaor" flamenco, al periodista Chaves Nogales sobre lo que vio en la Rusia soviética: que el estar muriéndose de hambre no hacía que aquella gente se rebelara, sino al revés, hacía que se resignara pacíficamente. No me resigno pacíficamente, pero a ver si hago el ánimo para rebelarme sin que me tomen por indignado.
 

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comentarios
1 clavius, día

Uno pasa de querer que pasen cosas a desear que no pase nada. Cosas de la edad y sus hipotecas. Me alegro de reencontrarte en tan buena forma, Jose Antonio. Una mala noticia http://elblogdekufisto.blogspot.com/2011/08/jodida-vida.html y su extraña digestión http://elblogdekufisto.blogspot.com/2011/08/la-caja-de-los-zapatos-viejos.html Saludos.

2 AnkHor, día

Eso de la rebelión, don José Antonio, siempre se ha hecho con sangre y fuego, no como estos "indignados" que pretenden hacerla con cerveza y hachís. A estas alturas de la copla, ya no vamos a rebelarnos ni a hacer nada. El batacazo bursátil y la batida de récord de la prima de riesgo de nuestra deuda soberana, deberían hacernos desistir de cualquier intento de acción. Está todo perdido, hemos cruzado el punto de no retorno y nada volverá a ser lo que fué. Cuanto antes nos hagamos a la idea, tanto mejor para nuestra salud mental. Disculpe el pesimismo que hoy me embarga, pero mi natural optimismo se diluye como un azucarillo en el mar de los acontecimientos y la información económica no contribuye precisamente a recuperarlo. Mi futuro ya no pasa por ninguna rebelión, sino por una maleta y la emigración. Ya he perdido mucho tiempo, mucho dinero, muchos sueños y mucha ilusión, en intentar tener un futuro en esta nación discutida y discutible que se ha ido por el desagüe en tiempo récord, que se ha suicidado como nación, eligiendo entre todos sus posibles gobernantes al más dañino, nefasto y canalla de todos los tiempos, que nos ha traicionado y doblegado a todos, frente al chantaje criminal del nazionalismo desintegrador. Han ganado los enemigos de España porque nuestros peores enemigos siempre los hemos tenido dentro, y lo están celebrando por todo lo alto en el País de Asco y en Al Catalus. Delenda est Hispania.

3 DasBoot, día

Desde luego que el verano esta siendo atipico. Frio y actualidad.