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Lo de Arconada fue nuestra conspiración de Dallas

Nuestra psicosis nacional, similar a aquel posible complot para el asesinato de JFK, la psicosis de los españoles, digo, fue aquel balón que, vamos a decirlo así para que parezca un accidente, se escurrió bajo el guardameta Arconada (después, Arkonada, y hoy a lo que parece otra vez Arconada) en el estadio Parque de los Príncipes, casa del París Saint Germain, aquella tarde de 1984. Y que ha sido una pesadilla recurrente al menos hasta este domingo, cuando Casillas no se metió nada en la portería y España ganó el título. Asistimos y hemos visto la moviola de París tropocientos mil millones de veces, y desde luego que el gran Luis Arconada, luego Arkonada y ahora parece que de nuevo Arconada debe una explicación que me parece que aún no ha dado. Me refiero a una convincente.

Porque, a saber: uno, por más que nos tratara de convencer Arzalluz o alguien similar, el balón de Michel Platini no iba con particular efecto raro. Dos, tampoco iba particularmente fuerte. De hecho, era un balón que, con los nuevos materiales y velocidades, hoy se hubiese calificado de "inocente". Era el clásico balón de una superestrella como Platini en algo que no era su especialidad como podía serlo en Schuster o Maradona, tirado a colocar (a colocar justo donde estaba el portero, me refiero) y para que al menos salvara la barrera y que no digamos que digamos, pero tampoco digamos que no digamos. Una nadería de balón. Un baloncito que lo hubiese parado hasta René Higuita (bueno, éste hasta lo habría sacado jugando con el pie hasta medio campo). Tres. Entre que Luis Arconada lo para, he dicho lo para, y no digo que hace como que lo para, ojo, y al balón "tango" le salen patitas y se larga bailando bajo su cuerpo cuando ni siquiera estaba
 bajo él ya que lo había parado con los guantes transcurre un cierto tiempo. Tiempo para darnos cuenta que, en efecto, el portero vasco ha parado, que además lo he hecho sin dificultad, que el movimiento que ha hecho para pararlo es el correcto (ese saltito de liebre hacia delante) y que los jugadores españoles y los franceses ya se están marchando de la jugada hacia el centro del campo. Que la pelota terminara tras la raya de portería, cuando por si poco fuera estaba muy lejos de ella, es un misterio al menos tan sospechoso como la llamada "teoría de la bala única" disparada por Lee Harvey Oswald desde aquel depósito de libros de Dallas, Texas.
A lo del todavía hoy, sobre el particular, poco convincente Arconada podríamos bautizarlo como "la teoría del escurrimiento único", que es la oficial y que nunca me he tragado, porque cuanto más contemplamos la jugada más nos convida a sospechar. Si no ocurrió lo que tanto se ha hablado desde entonces, a lo menos habrá que admitir que el domingo "vengado" Arconada sufrió un momentáneo acceso de perversidad (al que Edgar Poe llamaba "demonio") y se metió porque quiso el gol, por perderse y perdernos. Es la lectura más favorable para él, creo.

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comentarios
1 PJCM, día

Como la comparación con el "misterio" de Dallas es muy buena, dejemoslo como ese misterio y no haga de Fiscal Jim Garrison, que dedicó toda su vida a tratar de esclarecer el asesinato de Dallas y no lo consiguió. Digamos, como decimos en Murcia, que a Arconada se le "escabulló" ese balón y lo metió en su porteria. ¿Recuerda lo de las medias?.

2 vikinga, día

Hablando de fútbol, estoy harta de los que todavía, después del supercampeonato que se ha marcado la selección, ¡lloran por Raul! Con todos los respetos, ¡que pesadez!. Ni que fuese el único e imprescindible jugador de España. Ya está bien hombre, no se le echo de menos en absoluto y la selección no es suya ni de sus amiguitos periodistas. Raul sólo funciona en el Real Madrid, la selección le importa un bledo, que tome nota de este equipazo. Ya se que no venía a cuento pero...

3 anska, día

http://www.as.com/futbol/video/arconada-revive-eurocopa/dasftb/20080520dasdasftb_5/Ves