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Mientras el "ladrillo" llora, a alguno le da por trabajar

Mientras la inmensa mayoría del sector del ladrillo español se dedica a llorar al argentino modo, a no bajar el precio de los inmuebles esperando nadie sabe qué (porque no habrá qué) y a seguir haciendo trapicherías y trapacerías con los bancos y cajas de ahorro dejándoles a cero céntimos, en prenda por lo que no van a devolver, "paquetes" ya construidos o a medio construir que éstos y éstas nunca podrán vender (es decir, que algunos bancos y cajas de ahorro siguen especulando con futuras recuperaciones como antes especulaban con el "crecimiento eterno", o sea, que siguen en el "no enmendalla" confiando que al final siempre tendrán a papá Estado que les perdone sus travesuras pasadas... y presentes, y probablemente futuras), mientras todo esto ocurre, digo, me ha sorprendido agradablemente encontrar que hay promotoras que no se resignan a quedarse quietas esperando que Zapatero nos saque de la crisis, sino que se ponen directamente a atacar cuando todo indica que lo peor está a punto de llegar. Es decir, se dedican a intentar reactivar la confianza fosilizada del consumidor. Por ejemplo, una recentísima campaña de "Polaris World" que ahora mismo vemos en carteles y "mupis" urbanos, la de "www.soypolarista.com"

No se sabe en qué consiste eso de ser "polarista", ni tampoco sería la primera vez que se anuncia misteriosamente y de forma muy "pop" algo que se explica mucho después, o que no se termina de explicar nunca, o que lo esencial no es que se explique, pero la sola reactivación del sector publicitario en estos años en que nadie, salvo los enemigos de la iniciativa privada, están para nada es un ejemplo que se debe valorar en lo que merece. Por lo menos no es a lo que se está dedicando la mayoría de la gente. Sobre todo en esta España sin pulso, el país del no tomar medidas, de la "sindicalización" mental y del optimismo quietista, tan gubernamental (como bien me razona una amiga, Elena Chamorro, de "Polaris Telecom", que me hace ver lo inusual de estas iniciativas con la que está cayendo). Si los dos motivos principales de por qué la crisis del ladrillo va a ser larga y está siendo costosa son, a saber, que aquí no hay un duro y que la confianza del consumidor a la hora de reactivar el mercado está bajo mínimos, y ya que en cuanto a lo primero poco se puede hacer por el momento, pues vayamos a por lo segundo. Polaris actúa como si aún hubiese consumidores, y dirigirse a ellos, sean quienes sean "ellos", es, en mi opinión, una acertada forma de que puedan aparecer, los de antes u otros nuevos. Si ya el mercado no viene como antes, habrá que ir a los que en principio no quieren ser parte de ese mercado, siguiendo esa acertada máxima del "todavía no sabes lo mucho que te gusta". Siempre será mejor que la estrategia del "Pocero", alquilando al rostro blandito y telediárico del aznarismo para que trate de mejorar su imagen, cosa que como se sustancie la golfada de la salvación "manu rodillari" de sus padrinos en Caja Castilla-La Mancha no va a conseguir. Y, desde luego, siempre será mejor que esperar que Zapatero le pegue otra dentellada al Presupuesto que ya no existe por lo menos hasta la próxima generación.

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