Alfonso Mentxaka Lejona, ertzaina asesinado en una operación contra ETA
El 1 de septiembre de 1991 falleció en el Hospital de Basurto el ertzaina ALFONSO MENTXAKA LEJONA, a consecuencia de las heridas sufridas durante un tiroteo entablado el 29 de agosto de 1991 entre miembros del grupo Vizcaya de ETA y de la Ertzaintza en Bilbao. En el tiroteo también murió el etarra Juan María Ormazabal Ibarguren, alias Turko, y resultó herido Jesús María Mendinueta Flores, alias Manu, ambos con un sanguinario currículo a sus espaldas. En la operación, iniciada cinco meses antes, se detuvo a otros siete etarras.
Con la intervención policial en el barrio bilbaíno de Begoña los agentes de la Ertzaintza evitaron un atentado inminente y neutralizaron a uno de los pocos grupos operativos con los que contaba ETA, a falta de detener a Juan Carlos Iglesias Chouzas, alias Gadafi. El incremento de la presencia policial en Bilbao y sus alrededores había forzado a los integrantes del grupo Vizcaya a buscar nuevos escenarios para cometer atentados, fundamentalmente en La Rioja.
La noche del 29 de agosto la Unidad Especial de Intervención de la Ertzaintza culminaba un amplio dispositivo de seguimiento contra miembros del grupo Vizcaya de ETA. En el marco de esa operación antiterrorista los ertzainas siguieron a Turko y Manu hasta el recinto ferial de Bilbao, en el barrio de Begoña. Allí se reunieron con los presuntos miembros de ETA Itziar Martínez Sustacha, Pedro Mariano Márquez del Fresno y Félix Abrisketa. La operación de seguimiento de la Policía Autonómica vasca se había acelerado al tener constancia de que estaban preparando un atentado.
Al sentirse vigilados, los terroristas se dispersaron y se mezclaron con los transeúntes. Varios agentes de paisano detuvieron a Itziar Martínez Sustacha y a Pedro Mariano Márquez del Fresno, que no opusieron resistencia, mientras Ormazabal y Mendinueta se dieron a la fuga e intentaron robar un vehículo que resultó ser un coche camuflado de la Ertzaintza, en cuyo interior se encontraba el agente Alfonso Mentxaka sentado en el asiento del conductor. Los etarras le conminaron a poner en marcha el vehículo y el ertzaina intentó huir. En ese momento Ormazabal disparó contra él dejándole gravemente herido. Varios ertzainas se acercaron al vehículo y comenzó un intercambio de disparos con los asesinos en el que resultó muerto en el acto Ormazabal y herido en las piernas Mendinueta Flores. Ormazabal llevaba dos pistolas y, antes de ser abatido por las balas de la Ertzaintza mientras intentaba rematar al policía herido, vació uno de sus cargadores y parte del otro. Mendinueta echó a correr, pero fue alcanzado por un disparo en una pierna y se desplomó a pocos metros. Durante el tiempo que duró el tiroteo se vivieron escenas de pánico en el recinto ferial, según confirmaron varios testigos.
El agente Mentxaka Lejona falleció en la madrugada del 1 de septiembre en el Hospital de Basurto. Había sido alcanzado por tres disparos en las piernas y el pulmón izquierdo. Tras conocer la noticia de su muerte, el consejero de Interior del Gobierno vasco, Juan María Atutxa, mostró su "desprecio y rechazo por quienes provocan estos hechos" y acusó a ETA de "segar una joven vida dedicada a preservar los derechos y libertades de los vascos. Estos asesinos han matado a un hijo de este pueblo dedicado a trabajar, desde sus propias instituciones, en la defensa del modelo de autogobierno refrendado por la mayoría de los vascos".
El responsable de Interior del Ejecutivo autónomo tuvo además que salir al paso de las declaraciones que habían efectuado los abogados de la familia del etarra y de Herri Batasuna, en las que se acusaba a la Ertzaintza de "rematar a Ormazabal con un tiro en la sien". Atutxa calificó estas afirmaciones como "especulaciones malintencionadas que suponen una injuria para la Ertzaintza", y señaló que se emprenderían "las acciones legales oportunas" contra los responsables de las mismas. Asimismo, solicitó comparecer en el Parlamento de Vitoria para explicar la actuación de la Ertzaintza en Bilbao. La ejecutiva vizcaína del PNV, por su parte, mostró en un comunicado su dolor y "rabia contenida" por la muerte del ertzaina y recalcó que ETA "y sus grupos afines" se tienen que dar cuenta de que la violencia "sólo sirve para llevar la desolación y la angustia a familias vascas que no tienen nada que ver con su cruzada armada".
Al funeral celebrado en la Iglesia de San Juan Bautista de Sondica asistió el Gobierno vasco en pleno, con su presidente, José Antonio Ardanza, a la cabeza. También asistieron representantes del Gobierno de España y de diferentes cuerpos policiales. Al terminar, un grupo de dantzaris bailó un aurresku en honor de Alfonso Mentxaka antes de que sus restos mortales fueran llevados al cementerio de Sondica, su localidad natal.
Juan María Ormazabal Ibarguren fue el primer etarra fallecido por enfrentamiento directo con la Policía Autónoma vasca. Pocos días antes, el 17 de agosto, otros tres etarras resultaron muertos en un intercambio de tiros con la Guardia Civil en el barrio de Morlans de San Sebastián. Los etarras Patxi Itziar, Iñaki Ormaetxea Antepara y Jokin Leunda mantuvieron un tiroteo que se prolongó durante varias horas, en el que dos agentes de la Guardia Civil resultaron heridos de gravedad. El capitán Diego Bravo Aragón, de 30 años, sufrió la amputación de un dedo, mientras que el cabo primero José Luis Renco Prieto, de 26, resultó herido en la médula quedando parapléjico de cintura para abajo. En mayo de 2010 la Ertzaintza retiró, en cumplimiento de una orden de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, un monolito en el monte Arno de Motrico (Guipúzcoa) erigido en memoria de los tres asesinos muertos en este enfrentamiento con la Guardia Civil.
En 1995 la Audiencia Nacional condenó a Jesús María Mendinueta Flores a veintisiete años de reclusión mayor como autor de un delito de atentado con resultado de muerte, aunque en la sentencia se especificaba que el autor de los disparos que acabaron con la vida de Mentxaka Lejona había sido Ormazabal Ibarguren.
Alfonso Mentxaka Lejona, de 29 años, era natural de Sondica (Vizcaya). Estaba casado y no tenía hijos. Pertenecía a la sexta promoción de la Ertzaintza, habiéndose incorporado al servicio en 1986. Tras ser destinado a Éibar, ingresó en la Unidad Especial de la Policía Autonómica vasca, y cuando fue asesinado era miembro del Grupo Especial de Intervención. Era el quinto miembro de la Ertzaintza que moría en la lucha contra la banda terrorista ETA.