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Finaliza el encuentro de dos horas de Mas y Rajoy en Moncloa

El presidente de la Generalidad ha llegado pasadas las 11.00 horas a su reunión con Rajoy, que le ha recibido a la entrada del Palacio de la Moncloa.

El presidente de la Generalidad ha llegado pasadas las 11.00 horas a su reunión con Rajoy, que le ha recibido a la entrada del Palacio de la Moncloa.
Rajoy saluda a Mas a su llegada a Moncloa.

 Ha sido el presidente autonómico el que ha subido las escalinatas para posar con el jefe del Ejecutivo ante la prensa. Ambos se han saludo de forma cordial con un par de apretones de manos.

Artur Mas conoció en la víspera de aterrizar en Madrid que la premisa principal por la que pidió hace meses despacho con el presidente del Gobierno no será aceptada: "De ninguna de las maneras" habrá pacto fiscal, se confirmó oficialmente. "No estoy de acuerdo con el concierto económico que ustedes promueven", avisó Mariano Rajoy en el mismísimo Congreso de los Diputados, sede de la soberanía nacional. No solo eso: "Si llega el caso", dijo, hará cumplir las leyes.

El portazo del presidente del Gobierno no fue tan edulcorado como en ocasiones anteriores; ha pasado de llamar un esfuerzo común contra la crisis a entrar en el coso y exigir que se acabe con la "inestabilidad" política consecuencia de "decisiones equivocadas". "Lo peor es empecinarse en el error", sentenció Rajoy, de la teoría de que la marcha de Barcelona se le fue de las manos a la Generalidad, que esperaba un grito por la Hacienda propia y encontró a una masa clamando por la independencia. Y aún añadió: "No se le puede echar la culpa de todo lo que pasa a los demás".

Las palabras del presidente fueron la puntilla, según se encargaron de remachar. En Cataluña, explican fuentes gubernamentales, Artur Mas está "muy presionado" mediática y políticamente, con una convocatoria extraordinaria de elecciones a la vuelta de la esquina. Y no dudó en tensar la cuerda al máximo hasta el punto de romper con el protocolo y evidenciar que está molesto con Madrid y con el Gobierno y que no quiere comparecer en sus instalaciones. Dará una rueda de prensa en Madrid, sí, pero en la sede que la Generalidad tiene en pleno centro.

La Secretaría de Estado comunicó sobre ello vía mensaje de texto: "El presidente de la Generalitat ha declinado efectuar en Moncloa su comparecencia de prensa después de su reunión con el presidente del Gobierno". No es ni mucho menos lo habitual. Ya con Mariano Rajoy en el poder, Mas utilizó una de las dos salas de comunicación del complejo para dar a conocer su versión del encuentro mantenido. Entonces dijo que volvería pronto para reclamar formalmente el pacto fiscal. Lo hizo ofreciendo su cara más amistosa. Horas antes de la nueva cita ya sabe que tal petición caerá en saco roto.

Fuentes gubernamentales no quisieron echar más leña al fuego: "Como siempre", se expuso, "se le invitó a hacer declaraciones aquí, pero no ha querido". Ya estaba todo preparado, y se daba por hecho hasta que sonó el teléfono a media tarde. Explican a su vez que "en ningún momento" estaba previsto que junto a él pudiera comparecer Rajoy. "El presidente comparece cuando el invitado es un jefe de Estado o de Gobierno. No cuando es un presidente de comunidad. En ese caso, se le ofrecen las instalaciones".

Hacienda: Cataluña no puede pagar

El presidente, como es costumbre y estilo, escuchará de Artur Mas todo lo que le tenga que decir. Pero ya ha señalado que la línea roja es la Constitución y que no habrá cesiones. También deberá escucharle a él: según el Ministerio de Hacienda, la Generalidad no puede hoy hacer frente a los vencimientos de pago. Las nóminas están en peligro y necesita del dinero del rescate. Según la tesis oficial, el propio Mas necesita rebajar el tono "al menos hasta pasados unos meses". En el Ejecutivo llamó extraordinariamente la atención que no fuera Duran Lleida quien interpelara al presidente, pese a que no estaba en el hemiciclo al encontrarse de baja, sino que lo hiciera un diputado de segunda: Pere Macías.

Pero, de momento, la presión puede por encima de todo, y Mas ha optado por dar una última muestra de enfrentamiento antes de atravesar las vallas de seguridad del palacio presidencial. "Tienen sintonía personal, conectan", dicen a modo de bálsamo. Si bien "no habrá pacto fiscal".

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