Muchos más casos
Las imágenes obtenidas por Libertad Digital no son una excepción sino, más bien al contrario, un excelente ejemplo del comportamiento violento de los piquetes y de cómo se cometen delitos con total impunidad. Y desde luego, no ha sido el único.
Un gran piquete con elementos muy violentos ha recorrido el centro de Madrid este miércoles. Muchos de sus integrantes llevaban banderas y pegatinas que les identificaban como miembros de sindicatos radicales como CNT y CGT, pero también los había de CCOO y UGT, que si bien no participaban de los momentos de mayor violencia tampoco mostraban reparo alguno frente a la violencia que ejercían sus compañeros de piquete.
El grupo, compuesto por entre 200 y 300 individuos –muy ruidosos, eso sí- se ha paseado por algunas calles céntricas: Carmen, la propia Puerta del Sol, Montera... para luego seguir Gran Vía abajo hasta Alcalá.
En el breve trayecto en el que los hemos acompañado han seguido un patrón común de comportamiento: llegar frente al escaparate del comercio que estuviese abiertp, llenarlo de pegatinas y comenzar a insultar a los trabajadores en su interior.
En la mayoría de los casos la tienda o el bar tenían la precaución de bajar la persiana antes de que llegasen los sindicalistas y, tan pronto como pasaba la marabunta, volvía a abrir con toda la normalidad.
Dando la cara
Sin embargo, algunos han preferido dar la cara y tratar de mantener su negocio en marcha: en ese caso, como han podido ver en el vídeo publicado que encabeza este reportaje, la situación llegaba a cotas de tensión mucho más altas, sobre todo en aquellos casos, que no han sido pocos, en los que no había un grupo de policías para interponerse entre los huelguistas y los comerciantes.
En una tienda de Sol a la que los piqueteros han bajado la persiana con violencia los trabajadores han salido a la calle y se han enfrentado con ellos. Por unos momentos, y ante la ausencia de policías, parecía que la cosa iba a pasar a mayores, aunque finalmente "sólo" ha habido gran cantidad de insultos y amenazas.
En un restaurante la intimidación no se ha dirigido sólo hacia el encargado, que ha resistido estoicamente en la puerta, sino que también se ha amenazado a los clientes que comían tranquilamente en una mesa junto a la ventana. Decenas de sindicalistas insultaban al comerciante y la cosa también amenazaba con pasar a mayores hasta que del restaurante ha salido un altísimo y fornido hombre negro... La valentía tampoco parece un rasgo muy común entre esta gente.
Muy llamativa ha sido la situación en un sex shop de la calle Montera en el que el dueño ha pasado diez larguísimos minutos discutiendo con el dueño. La policía no hacía acto de presencia y el comerciante iba angustiándose por momentos. Uno de los más salvajes del piquete golpeaba el cristal del escaparate con una silla mientras los piqueteros trataban de explicar al propietario que "si no fuera por nosotros los cristales ya estarían rotos". Como pueden ver, el tipo de 'protección' ofrecida por Los Soprano. Al final, el hombre se ha resignado y ha echado el cierre, no sin decirles a los manifestantes, visiblemente asqueado, que "sois peores que la policía".
Las persianas subían tras el paso del piquete que, eso sí, iba dejando un grosero rastro de panfletos por los suelos, pegatinas en escaparates, pintadas de lo más variadas... y miedo.