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Rajoy elude el caso Bárcenas y habla de "papelón" de Rubalcaba

El presidente esquiva el caso Bárcenas -al que no cita- acogiéndose a la ley de transparencia en tramitación y un pacto contra la corrupción.

El Gobierno se puso a la defensiva con el nombre de Luis Bárcenas en boca de prácticamente toda la oposición. Fue una sesión de control a cara de perro, durísima. "No ha estado usted hoy muy afortunado, la situación en su partido le obliga a hacer estos papelones", contestó el presidente a Alfredo Pérez Rubalcaba. Más dura fue su número dos con Soraya Rodríguez, que mezcló la regulación fiscal con el caso del extesorero: "Políticamente burdo y jurídicamente absurdo", le replicó visiblemente molesta.

Mariano Rajoy era consciente de que el pleno iba a convertirse en un monográfico sobre el que fuera tesorero del PP hasta 2009. Así lo auguraba, en la víspera, su equipo. Pero el jefe del Ejecutivo lo esquivó echando mano de "medidas concretas" que su gabinete ha ido aprobado desde que accediera al poder. En ningún momento mentó al que un día fue su hombre de confianza, y hoy genera un verdadero vendaval interno en el PP.

Un "plan contra la corrupción" al que están llamadas todas las formaciones políticas, la Ley de Transparencia ya en tramitación, "y tenemos la máxima disposición a aceptar enmiendas"... El presidente habló de "voluntad política" para limpiar la cara a la clase política, que vive los peores índices de popularidad, entre otras cuestiones, por las tramas corruptas.

Para la oposición no fue suficiente esta respuesta. Cayo Lara, de Izquierda Unida, sacó a relucir los 22 millones de Bárcenas en Suiza y "los sobres invisibles" en Génova13 para reclamar un pleno monográfico contra la corrupción a fin de que "la bomba" de quien llevara las cuentas del PP no "le estalle al Gobierno". Rajoy le contestó pidiéndole que sea más útil: "Le invitaría a que no nos quedemos en decir lo que todos sabemos, y fuéramos más eficaces y útiles". Esto es, trabajar en las medidas de buen gobierno que recoge el paquete de reformas de su gabinete, y no en "lo que vemos todos los días en los periódicos".

"Se fueron de rositas con triquiñuelas"

Sólo CiU, enfangando en su particular calvario por presuntos casos de corrupción, le dio un respiro. El líder de la oposición, que inició su intervención refiriéndose a su publicitado pacto contra la corrupción, pronto apuntó al asunto: "Nosotros aprendimos la lección para siempre, ustedes se fueron de rositas con triquiñuelas legales -en relación al caso Naseiro, cuyas escuchas se declararon ilegales cayéndose así el caso-. Se creyeron impunes. La impunidad en este país, por suerte, ya no existe", dijo Rubalcaba, como si en Ferraz los casos de corrupción fueran cuentos chinos. Eso sí, no citó al extesorero en ningún momento, lo que llamó de forma extraordinaria la atención. 

Rajoy le contestó con inusitada dureza, apelando a su "papelón" por la crisis interna que se vive en el PSOE. Y, como si no se hubiera dado por enterado, volvió a recitar su plan de acción para sacar a España de la crisis, como controlar el déficit, la ley de unidad de mercado o mejorar la competitividad.

Con el ambiente ya caldeado, la vicepresidenta sacó a relucir más medidas para poner negro sobre blanco en las finanzas de los partidos. "Medidas concretas", como la ley que regula las aportaciones económicas a las formaciones. "Es usted muy selectiva", se quejó ante Rosa Díez, de UPyD, muy crítica. "Si hay que reformar el código penal, se reforma, si las penas tienen que ser más duras, se hacen. Más que los debates que piden unos y los discursos de otros, el Gobierno traerá medidas", zanjó la portavoz, con Rajoy a su lado asintiendo. 

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