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Aguirre propone el fin de las subvenciones públicas a partidos y listas abiertas

Coincide con Aznar en que el sistema es “cada vez más insatisfactoria” y llama a aplicar medidas de impacto como primarias o listas abiertas.

Coincide con Aznar en que el sistema es “cada vez más insatisfactoria” y llama a aplicar medidas de impacto como primarias o listas abiertas.

Esperanza Aguirre puso encima de la mesa lo que, en la práctica, supondría una auténtica revolución del sistema político vigente, "cada vez más insatisfactorio". "Hay que regenerar la vida pública española", irrumpió sólo un día después de que José María Aznar llamara a "reaccionar" ante una "crisis institucional que se agrava".

Sus propuestas no son nuevas, pero pocas veces antes hizo un recetario con todas ellas y las ofreció como solución a los males que sufre España, y que tienen como epicentro la clase política. Para empezar, insistió en "acabar con las listas cerradas" para que "el control sea de los ciudadanos a los políticos y no al revés". Un formato que ya rechazó el Partido Popular, pero en el que Aguirre insiste: "Ahora sólo es el jefe del partido el que tiene el poder"; se quejó.

De igual forma, proclamó la necesidad de avanzar hacia un sistema de primarias, como ya ocurre en Estados Unidos. El objetivo: "Que el partido deje de ser un valor supremo", en palabras de la presidenta de los populares madrileños, para quién "valdría la pena explorar las primarias en favor de la democracia".

Como le ocurrió al expresidente Aznar en la víspera, ningún miembro relevante de la cúpula del PP acudió a escuchar sus palabras. El libro que presentaba, en compañía de John Mullër, ya de por sí era incómodo: Pisando charcos, de su antiguo consejero de Economía Percival Manglano, que hace una tesis sobre el corporativismo, las concentraciones de poder o la transparencia. Sobre este último punto, Aguirre siguió con su programa regeneracionista: las cuentas de los partidos "hay que hacerlas absolutamente transparentes. No podemos seguir con la hipocresía de que no se gasta", argumentó, negando -y ella mejor que nadie lo sabe- que se vive en exclusiva gracias a los donativos de los militantes.

"Hay que acabar con las subvenciones públicas", dijo, dejando como insuficiente la política de reducción de partidas a formaciones y sindicatos emprendida por el gabinete de Mariano Rajoy. Y, en línea, "hay que decir quienes donan al partido", enfatizó Aguirre. Así, de golpe y porrazo, "se acabaría con el oscurantismo y las tentaciones", en relación directa a Luis Bárcenas.

Por último, la líder autonómica, cuyo predicamento sigue fuera de toda duda a la vista de cómo el auditorio le aplaudía, exigió que el programa electoral "sea un contrato con los ciudadanos". Una crítica directa al Gobierno por la subida de impuestos, que ella misma criticó todavía al frente de la Comunidad de Madrid. "Las promesas que se hacen en campaña deben de ser prácticamente un contrato", insistió, en ese compromiso de que "el control" lo deben tener los votantes.

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