El presidente del Gobierno y el líder de la oposición mantuvieron el alto el fuego escenificado ya la semana pasada de cara al Consejo Europeo de los días 27 y 28. Ambos sellaron telefónicamente un acuerdo para fortalecer la posición española que quedará plasmada dos días antes de la cumbre en un pleno a tal efecto. Si bien este nuevo clima político quedó roto abruptamente con el tenso rifirrafe de sus números dos.
La socialista Soraya Rodríguez utilizó como percha la nueva reforma educativa para descargar toda su artillería. "A pesar de su propaganda, más de 30.000 estudiantes se enfrentan al drama de no poder seguir con sus estudios. El próximo año serán más de 80.000", le espetó a la vicepresidenta. El clima iba subiendo, mientras el ruido se apoderaba de las bancadas. "La beca no consiste en que la obtengan los mejores sino en que todos puedan tener derecho a una educación de calidad", en opinión de la portavoz del PSOE.
El momento más tenso estaba por llegar. Rodríguez acusó a los populares de una posición económica "privilegiada" desde la cual "pueden pagar una matrícula". Y añadió: "A ustedes siempre les sobran los mismos universitarios, los de las familias de menos renta a los que suben las tasas y cortan las becas". La algarabía ya era total en la Cámara. "Nada de palabras huecas", le exigió a Soraya Sáenz de Santamaría. "A usted le preocupa Roma y a mi me preocupa Pisa. Para ir a Roma hace falta sólo una mantilla, para ir a Pisa hacen falta becas", apuntó en referencia a la visita de la portavoz al vaticano. Para rematar, aún quiso finalizar su intervención aduciendo a una información sobre Luis Bárcenas, extesorero del PP, según la cual repartió más de 40 millones a altos cargos de la formación: "¿Le consta algo de esto?", preguntó.
"Acaba de hacer la demostración más palmaria de lo que le importan a usted las becas, la educación y los universitarios", arrancó la vicepresidenta, a tenor de cómo Rodríguez había colado el caso Bárcenas en la sesión de control. "Debería ordenarse un poco", le sugirió, no sin recordarle que la ley educativa aún no se ha presentado, por lo que debería de esperar para criticarla.
Posada: "Es un espectáculo denigrante"
Jesús Posada tuvo que interrumpirle porque el cruce de reproches entre diputados era ya insostenible: "Ruego silencio, es un espectáculo denigrante. Dejen explicarse a los oradores", instó el presidente del Congreso. Sáenz de Santamaría continuó: "Somos de los países que más invierten en educación", aclaró, si bien "algo falla" cuando "tenemos los peores resultados".
La vicepresidenta argumentó que no vale sólo con recursos y defendió que haya becas para quienes luchen por conseguirla. "Este Gobierno trabaja por unos buenos resultados", enfatizó, recibiendo un sonoro aplauso de los suyos.
Previamente, Alfredo Pérez Rubalcaba abordaba al jefe del Ejecutivo por la I+D+I para reclamarle que no "desprecie" a la comunidad científica ni tampoco "les castigue" ni "expulse". Sus palabras más gruesas fueron para protestar por la reforma laboral: "Ganar en competitividad no significa bajar sueldos", afirmó. De nuevo, tanto el fondo como el tono de su pregunta fueron muy light. Mariano Rajoy se limitó a contestar que aumentará la cuantía presupuestaria para este cometido en cuanto la situación de crisis dé un respiro.