José María Aznar y Mariano Rajoy se estrecharán la mano en el peor momento de sus relaciones. Lo que hasta hace no tanto era un rumor extendido, el expresidente lo dejó bien claro en su ya famosa entrevista en Antena3, cuando reconoció que no le gusta la "lánguida resignación" de su sucesor ante los retos económicos y políticos del país, con quien apenas ha mantenido una única conversación larga desde que está en la Moncloa.
Una reclamación de "objetivos históricos renovados" y "acción política decidida a favor de ese proyecto" a la que el jefe del Ejecutivo tendrá que dar este domingo respuesta, ante una expectación insólita. Tanto que en los círculos populares, aquellos que entraron en estado de shock tras el aldabonazo, aseguran que bien nos podríamos encontrar ante la fotografía con más morbo político del año.
Como cada año, la instantánea se producirá en la clausura del campus FAES, que contó con la presencia de destacados miembros del Gobierno y del PP a pesar de que los puentes estén prácticamente rotos. Si Rajoy y Aznar han hablado en los últimos días se desconoce públicamente, si bien en la Moncloa lo ven improbable. "No hay trato más allá del que exige la condición de ambos", aseguran fuentes consultadas.
El presidente acude a un foro en el que se le sigue apretando para que vire el rumbo. La fundación presentó su plan fiscal, en el que se insta al Ejecutivo a que baje los tipos en IRPF y Sociedades, y abordó la situación del modelo autonómico para llegar a la conclusión de que es imprescindible reformarlo. A ojos de Luisa Fernanda Rudi, el sistema "necesita algunos ajustes" porque "no siempre ha sido gestionado con tino".
Aznar elogia a Ignacio González
Este mismo sábado, víspera del encuentro, Aznar reclamó "visión política de las cosas" en un momento en el que "la política está denostada". "La existencia de proyectos políticos, la defensa de las ideas, es algo especialmente importante y relevante" hoy que "se tiende a concentrarse en la gestión y la administración".
Palabras en la presentación de Ignacio González, del que elogió las políticas "abiertas, liberales y de reducción de impuestos" que se han implantado en la comunidad de Madrid y que, a su juicio, "han provocado un efecto llamada de personas que buscan un espacio de mayor libertad". González recogió el testigo para insistir en la necesidad de reformar la administración: "España requiere de un gran cambio en sus estructuras para distinguir lo superficial de lo necesario y fijar qué administración es la adecuada para financiarlo". Para el líder madrileño, es esencial "distinguir" entre servicios públicos y sociales.
Si Aznar elevará algún mensaje de calado junto a Rajoy es todavía una incógnita. En la inauguración del curso estaba previsto que hiciera un discurso inaugural, en presencia de María Dolores de Cospedal, pero declinó hacerlo. En el caso del presidente, lo habitual es que se limite a presentarle y agradecer su presencia. "¿Qué si estamos atentos a lo que ocurra? Evidentemente sí, Aznar es un dinosaurio de la política y Rajoy es nuestro presidente. Aunque, dicho esto, no esperamos grandes sorpresas", contestaba en la víspera un alto cargo popular. Desde hace semanas, la dirección nacional saca pecho de dar por amortizado el efecto Aznar.