El presidente fue muy cauto, como siempre. "Lo que hay que estar es tranquilos", pidió sobre el riesgo de secesión. En círculos cada vez más amplios del Gobierno y del PP creen que la hipotética ruptura de España es hoy "la mayor amenaza a la que nos enfrentamos", pero Mariano Rajoy no quiere adelantarse a los acontecimientos: "Tengo que ver qué hechos se producen y a partir de ahí tomaré mis propias decisiones", resumió.
rnrnEl Gobierno se muestra dispuesto al diálogo, pero Rajoy asegura que no cruzará las líneas rojas. "La soberanía nacional no se va a romper y eso lo sabe todo el mundo", prometió en el aniversario de la Constitución. Así se lo ha hecho saber a Artur Mas cada vez que le ha pedido abordar la espinosa cuestión. "Yo hablo con mucha gente", dijo preguntado por su interlocución con el líder regional. Fuentes del Gobierno admiten que la comunicación entre ambos ha disminuido, pero no está rota.
rnrnLa crisis catalana derivó, en las conversaciones mantenidas en la Cámara Baja, en otro debate de gran calado: la posible reforma de la Constitución. El presidente no abandonó la cautela, pero abrió una puerta que parecía cerrada. "No me cierro en banda, pero quiero saber para qué y con quién contamos", zanjó el presidente sin micrófonos delante. Rajoy y el líder de la oposición disfrutan hoy de un diálogo fluido y "en lo importante" están de acuerdo, en referencia a la unidad de España. A partir de ahí, discrepan en el modelo, y sobre él negocian en sus múltiples conversaciones por teléfono.
rnrnParece que algo se mueve, pero poco. El Gobierno descarta un cambio del texto de 1978 en la vigente legislatura, pero abre la puerta a una negociación discreta que se materialice más adelante. "No quiero reformar por reforzar para meter dentro a quien no quiere estar dentro", argumenta el presidente sobre los nacionalistas. Hoy por hoy no existe ni el "amplio consenso" ni "los objetivos claros" que reclama Rajoy, pero el diálogo existe.
rnrnEn el Ejecutivo son muy prudentes. El PSOE ofrece un modelo federal que al PP en absoluto le gusta. Sobre los nacionalistas, dan por descontado que lo que pretenden es "desunir" más al país. Por ello, tanto Rajoy como su número dos, Soraya Sáenz de Santamaría, ya han dejado claro que la prioridad es "la estabilidad" política y la salida de la crisis.
rnrn"La Constitución se puede reformar, como cualquier obra humana, y, de hecho, ya se ha reformado en dos ocasiones. Creo que está en pleno vigor y creo que se puede reformar, pero para reformarla se necesita un consenso muy amplio, similar al que tuvo en 1978", expuso el presidente en una breve declaración institucional.
rnrnEl Gobierno no quiere que se le acuse de quedarse inmóvil mientras el resto se mueve, pero Rajoy aún lanzó una idea más que no debe pasar desapercibida: si se cambia la Constitución ha de servir "para unir más los españoles". "Los españoles no nos permitirían inventos. Las emociones están a flor de piel y cambiar ahora la Constitución sólo empeoraría las cosas. Tenemos que hablar de esto con tranquilidad y con la seguridad de que hay algunos -en relación a los nacionalistas- que sólo buscan romper el país", afirmó un ministro próximo a Rajoy.
rnrnComo esta tradición en esta fecha, el presidente mantuvo una conversación informal con periodistas en el Congreso en la que -como también es habitual en él- prácticamente afirmó lo mismo que a micrófono abierto. Así, nada avanzó en clave interna: el candidato andaluz y el europeo se sabrán "el próximo año". Tampoco hay fecha para la convención nacional de la formación. A la hora de hacer balance, declaró: "A mí lo que me gustaría es que -los ajustes- hayan valido la pena", y se aventuró a asegurar que el año que viene habrá creación de empleo.
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