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Génova abandona a Aguirre y no asume su versión de los hechos

Nadie salió en su auxilio. Más bien al contrario, se resaltó "la presunción de veracidad" de los agentes. "A mí me habrían obligado a dimitir".

En política todo puede pasar. Si alguien es capaz de darle la vuelta a la situación más adversa y recuperarse ésa es Esperanza Aguirre, en opinión de un veterano del PP. Pero la mayoría cree que el incidente de Gran Vía y la gestión de la crisis han sido letales: "Lo primero fue un error, lo segundo una auténtica catástrofe", resumían en la dirección nacional. Mientras, los enemigos internos aprovechaban la coyuntura desfavorable.

Ningún miembro de la cúpula brindó a Aguirre su apoyo público. Tampoco en el Ejecutivo. Únicamente en su feudo, el PP de Madrid, su leal Lucía Figár reclamó explicaciones por el hecho de que fuera "retenida" por los agentes de movilidad mientras Ignacio González, su sucesor, intentó sin éxito que se diluyera el tema por intrascendente.

Pasaron las horas y la bola se fue haciendo más y más grande. Cada intervención de Aguirre en un medio de comunicación se comentaba en la Intermunicipal del partido, en la que se sucedían los corrillos. Los hubo muy críticos, incluso de sectores madrileños: "¿Te imaginas que me hubiera pasado a mí? Hoy ya no sería parlamentario, me habrían obligado a dimitir", en opinión de un cargo convocado en Valencia. Se mentaron a Nacho Uriarte y al navarro Santiago Cervera -y cómo Génova "se lo cargó" en unas pocas horas-. La mayoría puso el foco de atención en cómo respondió la líder regional una vez había ocurrido el incidente: "¡Que se calle de una vez!", imploró un alto cargo.

Vaya por delante que Génova no tiene intención de emprender ninguna acción interna contra ella. Pero el abandono fue evidente; nadie quiso salir en su defensa. A María Dolores de Cospedal le preguntaron nada más llegar al cónclave, pero optó por el silencio. Por su puesto, no incluyó ningún comentario en su discurso. Tampoco hablaron los vicesecretarios generales.

Respaldo a los agentes

Por el contrario, sí hubo un calculado respaldo a los agentes de movilidad. "Las declaraciones de los agentes de la autoridad tienen presunción de veracidad y, por lo tanto, todo seguirá el procedimiento legal establecido", afirmó Ana Botella, que aún no había hablado con Aguirre, ante una auténtica nube de periodistas. Desde el Gobierno central, fue ni más ni menos que Soraya Sáenz de Santamaría la que se sumó a esta tesis: "La ley es igual para todos", contestó al término del Consejo de Ministros.

Si hubiera sido otra persona, reconocen en privado, seguramente la respuesta habría sido distinta. La distancia con Mariano Rajoy es evidente, pero "tampoco ella lo ha puesto fácil", recalcaron al más alto nivel. En el PP y la Moncloa consideran que Aguirre acabó de hundirse "en el fango" con su reacción: "Lo ha gestionado fatal". Políticos y asesores pusieron el acento en lo "nerviosa" y lo "irascible" que estaba. "Si te pasa algo así, pides perdón por lo ocurrido y dejas que el tiempo pase, pero no te metes con los agentes", era uno de los comentarios más recurrentes.

En Madrid, Fígar y González fueron los únicos que de forma clara salieron a arropar a Aguirre. "Los agentes de movilidad no pueden retener a ningún ciudadano", dijo la primera. Pero el resto de actores clave guardaron silencio, en consonancia con Génova. La clave, afirman los cargos populares consultados, está en lo que dice el informe policial y "en cómo queda todo eso".

Y la impresión en los círculos de poder es que sus opciones de sustituir a Botella al frente del consistorio de la capital se han reducido de sopetón, aunque todo es posible. "Tendría una oportunidad si una encuesta le da una mayoría absoluta clara y eso, hoy día, parece difícil hasta para ella", según un fontanero de Génova. "Si puede, sin duda, es ella", apuntaron incluso quienes la criticaban.

Para remontar antes tiene que callar, le recetaron desde la cúpula. "Pedir perdón y dejar pasar el tiempo". Sólo ella tiene la fuerza política para poder superar este bache, reconocen. Pero creen que va a costar y que mucho van a tener que ver los medios de comunicación en su recuperación. Sea como fuere, Aguirre pudo constatar que sólo los fieles le auxiliaron.

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