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El desafío separatista centra un descafeinado debate a seis en TVE

El nacionalismo fue el único tema que provocó cierta tensión en un debate en el que cada partido se centraba en vender su producto.

El nacionalismo fue el único tema que provocó cierta tensión en un debate en el que cada partido se centraba en vender su producto.
El momento del tuit | Imagen TV

El debate electoral a seis en TVE no deparó sorpresas. El formato no permitía el intercambio y durante buena parte de las dos horas de duración cada formación se dedicó a vender sus programas o atacar a los rivales a los que pueden robar votos. El PP, representado por González Pons, se empeñó en vender una y otra vez que España está mucho mejor y que la recuperación es palpable pese a la herencia recibida.

Mientras tanto, el socialista Ramón Jáuregui dirigió su alocución a atacar al PP sacando a relucir su gran baza en campaña, las palabras de Cañete. Mientras tanto, los nacionalistas catalanes se empeñaban en afirmar que la culpa de todo lo que ocurre no es de la UE sino de España. Y por último, UpyD e IU nadaron en tierra de nadie y atacaban el bipartidismo.

Sin embargo, la cuestión interna se coló de lleno en un debate que debía ser europeo. El desafío separatista catalán centró la mayoría de intervenciones de los candidatos y ofreció los momentos de mayor tensión en un debate cuya tónica fue muy descafeinado.

Josep María Terricabras, candidato de la Esquerra pel Dret a Decidir (EPDD) ya inició su primera intervención pidiendo "libertad y justicia" para construir "el país que queremos". Y era Sosa Wagner, candidato de UPyD el primero que le respondía definiendo "la bandera del nacionalismo como la peor enfermedad para Europa".

Ramón Tremosa, candidato de Coalición por Europa, que engloba a CiU y a PNV entre otros, pronto sacó también la cuestión nacionalista a relucir acusando a España de los males de Cataluña y afirmando que "Cataluña vive un proceso de derecho a decidir" que el Gobierno quiere frenar e indicó que los inversores extranjeros están seducidos con Cataluña y no con la marca España.

De este modo, Tremosa continuó su discurso victimista y tras sacar a colación varias veces el caso escocés preguntó "por qué prohíben el uso del catalán en el Parlamento Europeo" o "el catalán en la escuela". "¿Cómo quieren que seamos hermanos?", se preguntaba.

En la misma línea se manifestaba, Terricabras, de ERC, que indicaba que "la independencia no asusta a los inversores, saben que el proceso está en marcha y están muy a gusto". Al igual que el convergente, el republicano insistía en que "en Cataluña la única lengua exclusivamente obligatoria es el castellano". De hecho, llegó a pedir "un curso de historia masivo" para los no nacionalistas y defendió "el derecho a la felicidad" para justificar el "derecho a la secesión".

La defensa de Pons

Por su parte, González Pons estaba a varios frentes y mientras se enfrentaba a los nacionalistas catalanes también daba réplica a los ataques del PSOE. Cuando Jáuregui sacó a relucir el "machismo" de Cañete, el popular recordó un tuit de Elena Valenciano en el que se reía del futbolista Frank Ribery, al que llamaba "feo" al tener la cara desfigurada por un accidente de tráfico.

El popular exhibió un cartel con el tuit mientras argumentaba para defender a Cañete que "Elena tuvo un mal día" y que "todos podemos tener un mal día". Pidió no hacer "una categoría de lo que es una anécdota". Valenciano, después, le contestó en Twitter.

Con respecto al desafío separatista, Pons defendió a las comunidades como Comunidad Valenciana y Baleares, histórico objetivo del nacionalismo. Además, indicó que "el caso escocés no tiene comparación" con el caso catalán puesto que "Cataluña nunca ha sido una nación", afirmación que desató las iras de los candidatos nacionalistas.

Contundente con el nacionalismo se mostró también Sosa Wagner, que igualmente tuvo que aguantar las críticas del PP. De este modo, el eurodiputado de UpyD recordó a los nacionalista que "Europa debe preservar su identidad y cultura, sabiendo que pese a todos estos intereses Europa no es una nación, ni falta que hace". "Felizmente Europa no necesita héroes, ni sangre, ni batallas", sentenció.

Aunque se mostró crítico por el hecho de que el desafío separatista tuviera tanta presencia en el debate, Wagner no quiso dejar pasar la oportunidad de recordar a los nacionalistas de que el "derecho de secesión no viene recogido en la carta de derechos fundamentales" y que si salen de España también lo harán de la UE.

De los partidos de carácter nacional, el candidato socialista fue el que menos contundencia mostró contra los nacionalistas, puesto que su objetivo se centró más en atacar al PP y frenar la fuga de votos a IU. Aún así indicó "que los nacionalistas deben dejar de echar la culpa de todo a los demás" y volvió a ofrecer como alternativa el modelo federal.

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