Más que confianza, en el caso de Eduardo Madina predominan los temores. De ahí que, tras las acusaciones de guerra sucia en la campaña, el candidato vasco lo fíe todo a la alta participación de la militancia para lograr su victoria en el secretaría general del PSOE.
Tras participar en la votación en su agrupación de Deusto en Bilbao, el secretario general de los socialistas en el Congreso de los Diputados mostró su confianza en que así sea haciendo un llamamiento a la participación de los 198.000 afiliados socialistas en España, y poniendo el acento, más que en la victoria, en el procedimiento abierto que el mismo impulsó.
"Se abre en un ejercicio de transparencia" con el que el PSOE recupera "el pulso que en las últimas elecciones europeas y días posteriores tenía perdido". Porque los militantes "por primera vez en 135 años de historia tienen la oportunidad de votar de forma directa al secretario general", y les instó por ello a que introduzcan en una papeleta "sus sueños, sus ilusiones y sus ideas".
En una declaración sin preguntas, calificó de honor el poder votar en Bilbao, "en mi ciudad, en la agrupación en la que entré con 17 años". "He querido votar donde todo empezó", señaló.
Sacando pecho de este procedimiento de democracia interna aseguró que "es el último instante de un congreso federal que ha venido para cambiar la historia del PSOE, con un procedimiento que viene para quedarse y ha permitido que el partido protagonice uno de sus mejores capítulos en muchos años, llenando de ilusión a decenas de socialistas. Nos ha permitido recuperar la vanguardia en las formas de interpretar los cambios que la sociedad demanda de los partidos".
Y así, si todo sigue según lo previsto por Madina, el PSOE "Recoge un proceso de fortalecimiento que le va a llevar en volandas a un crecimiento electoral, de apoyo social y volver a ser el PSOE principal actor de la política".