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El bloque separatista admite que el 9-N "no se puede hacer"

Artur Mas anunciará esta mañana un 'proceso participartivo' para suplir el referéndum; ERC lo apoya pero predice autonómicas anticipadas

Artur Mas anunciará esta mañana un 'proceso participartivo' para suplir el referéndum; ERC lo apoya pero predice autonómicas anticipadas

Artur Mas ha renunciado al 9-N y así se lo ha hecho saber a los dirigentes del bloque separatista. La tercera reunión de este frente ha sido tan larga como tensa. Comenzó a la una del mediodía y terminó pasadas las diez de la noche. Uno de sus participantes, Joan Herrera, de Iniciativa per Catalunya-Verds (ICV), explicó a los periodistas que hacían guardia a las puertas del Palacio de Pedralbes que el referéndum tal como estaba previsto en el decreto de Artur Mas no se podrá celebrar y que este martes el Gobierno de la Generalidad anunciará la alternativa al 9-N.

De este modo, continúan las especulaciones y los rumores sobre el plan B que aplicaría a partir de ahora el frente separatista. A las diez de la mañana está prevista la comparecencia del presidente de la Generalidad para anunciar el próximo paso, tras la constatación de que el referéndum es ya imposible.

Sin embargo, no se puede descartar ninguna opción, desde la convocatoria de unas elecciones autonómicas anticipadas hasta la celebración de algún tipo de acto o manifestación política en la mentada fecha. Se hablaba a última hora de un "proceso participativo" como sustitutivo. ERC emitía a las once de la noche un comunicado en el que daba por rota la unidad del frente separatista, aunque se mostraba dispuesta a apoyar dicho "proceso participativo" que tendría previsto anunciar Mas este martes, un 9-N al amparo de los ayuntamientos y de un par de artículos no impugnados por el Tribunal Constitucional de la ley de consultas, según la particular concepción del derecho político de CiU.

Mas pretendía mantener en secreto la tercera "cumbre" del 9-N entre los partidos separatistas, el frente que agrupa a CiU, ERC, ICV y las CUP. Y en medio de excepcionales medidas de seguridad ha reunido a los dirigentes de estas formaciones en el Palacio de Pedralbes para afrontar la recta final del proceso. Sin embargo, la confidencialidad saltó por los aires hacia las cuatro de la tarde, cuando los asistentes se tomaron un receso después de tres horas reunidos. Tres citas y tres escenarios diferentes. Al primer encuentro, en el Palacio de la Generalidad, se le dio toda clase de publicidad. El segundo, en el Palacio Robert, fue el de las caras largas y los reproches a la prensa. En esta ocasión, el Palacio Real de Pedralbes, transferido a la Generalidad por el Estado, acoge la tercera "cumbre", de la que se han ausentado en el "recreo" los consejeros del partido de Duran, Ramon Espadaler, de Interior, y Joana Ortega, vicepresidenta del ejecutivo de Mas y responsable de la logística referendaria, para volver después, de anochecida.

A las diez de la noche, los informativos del canal de noticias 24 horas de TV3 daban por cancelado el referéndum "según fuentes conocedoras de la reunión", leía una locutora. A esas horas continuaban reunidos los líderes del proceso separatista y se había producido otro receso. Mientras Junqueras, Joan Herrera (ICV) o David Fernández e Isabel Vallet, de las CUP, entraban y salían en coche o a pie del recinto, Mas no se dejó ver en todo el día.

Uno de los chóferes de la comitiva separatista animó a David Fernàndez e Isabel Vallet con el grito "Ni un pas enrere!" (Ni un paso atrás!) cuando entraban a media tarde en los jardines de Palau. Los consejeros, entre los que también se encontraba Francesc Homs, utilizaban acceso alternativos para ocultarse de la prensa.

Los plazos marcados por la propia ley de consultas autonómica ya han pasado sin que la Generalidad haya mostrado censo y lugares de votación. Si las garantías democráticas brillaban por su ausencia, el que todavía no se disponga de una relación pública y "oficial" de votantes y colegios descarta casi por completo la celebración de ningún tipo de consulta, referéndum o siquiera encuesta el 9-N.

Uno de los consejeros de la Generalidad más implicados en el proceso, Felip Puig (titular de Empleo, Industria y Turismo y hermano de dos investigados por sus relaciones con los Pujol-Ferrusola), ya ha admitido la posibilidad de que el 9 de noviembre no haya urnas en Cataluña. Eso sí, advirtió de que si no es ahora, será más adelante. También lo ha dicho Carles Viver Pi-Sunyer, el "asesor legal" de Mas que preside el Consejo Asesor para la Transición Nacional. "El 9-N no se acaba el mundo", deslizó en una entrevista en Catalunya Ràdio en la que abogó por unas elecciones plebiscitarias y una declaración unilateral de indepedencia como "salida" del laberinto.

Mas pretende que ERC asuma una parte del coste político de la frustración que el colapso del proceso puede provocar en las bases independentistas. De ahí que pretenda una imagen de unidad. Ha forzado hasta el límite, nadie había llegado nunca tan lejos ni rebasado más líneas rojas, pero ni siquiera con un hipotético visto bueno del Tribunal Constitucional podría Mas organizar nada para el 9 de noviembre.

La puesta en escena del incumplimiento de una promesa suscrita por Mas y Junqueras es el fondo que atravesó el orden del día de la tercera reunión, así como los próximos pasos, entre ellos la coordinación con la Assemblea Nacional Catalana (ANC).

La fragil unidad de los partidos separatistas está fijada en torno al 9-N. En todo lo demás, la hostilidad entre unos y otros es manifiesta. De ahí que sea tan remota la posibilidad de una lista conjunta entre CiU y ERC de cara a unas posibles autonómicas anticipadas. Sea como fuera, lo que no cesarán son las campañas y movilizaciones de la ANC.

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