De izquierda a derecha la lectura es la misma en todo el arco parlamentario. Urge una reflexión del tremendo varapalo que los españoles atizan a los partidos tradicionales en la última encuesta del CIS. "Un terremoto" que en el caso de Izquierda Unida supone perder la mitad de sus votantes al pasar de una intención de voto del 8,2 al 4,8.
"Más que votos, lo que resta a IU son expectativas", señaló Gaspar Llamazares contra lo revelado por el CIS. Aunque sí defendió actuar por parte de la formación. "Tendremos que abordar las reformas necesarias para incorporar IU al caudal de cambio de nuestro país" porque "se confirman todos los datos del terremoto que se está produciendo en nuestro país" con "la irrupción de Podemos como una fuerza de rechazo y alternativa a un estado de cosas". Algo que en palabras del diputado de IU, Alberto Garzón, debe traducirse en "una reflexión orgánica" de la formación que él mismo se postula a liderar en sustitución de Cayo Lara.
Una idea que coincidió con la expuesta por el diputado del PP, Vicente Martínez Pujalte, quien defendió una "reflexión" una vez estudiadas bien "las tripas" de este sondeo. "El PP sigue siendo la primera fuerza, pero son datos para la reflexión" porque establecen "una gran diferencia con lo que pasó en las últimas elecciones generales" cuando el PP obtuvo el 40% de intención de voto, trece puntos más que los 27% que le otorgan los españoles en el último barómetro.
Por ello, Pujalte confió en que "la eficacia y la honradez con la que se están haciendo todos los trabajos marcará una tendencia distinta en el futuro". Posición a sumar a la de la diputada del PP, Arenales Serrano, quien, al hilo del CIS, se limitó a constatar que en su formación "estamos hasta las narices, estamos hartos, de la corrupción" que se ha convertido en algo "irrespirable" y que afecta "muchísimo" a estos datos del CIS.
Desde el PSOE, la lectura de Alfonso Guerra fue que "las proyecciones de voto pueden estar equivocadas" porque "lo que estropea algunas encuestas es que el recuerdo de voto de algunos partidos casi no existe". "Hay partidos que tienen el 15% de intención de voto" y eso indica que "hay mucho voto oculto".
Desde CIU, formación que sube un punto que pierde ERC respecto al barómetro de julio, su portavoz adjunto Sánchez Llibre defendió que "los partidos deben tomar nota" pero no perder el norte porque "las encuestas no dejan de ser como el perfume: sólo hay que olerlo para después tomar posiciones de cara a las encuestas verdaderas que son las elecciones".