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Rajoy sólo cambiará a Mato: "Estoy muy contento con los ministros"

El presidente pretende no hacer más cambios que el obligado por la forzada salida de Mato. La pregunta provoca la risa de los ministros.

El presidente sólo quiso desvelar una incógnita: no habrá una profunda remodelación de su gabinete. Esto es, el único cambio será al frente del ministerio de Sanidad y su nuevo titular prometerá o jurará su cargo el miércoles. Ante las risas de un nutrido grupo de ministros –un total de siete, que le acompañaron a la cumbre bilateral franco-española–, aseguró: "estoy muy contento del trabajo, el esfuerzo y los resultados que consiguen".

Desde que se conoció la abrupta caída política de Ana Mato –de su núcleo duro, amén de buena amiga–, en el partido que le sustenta fue a más el runrún de que era imprescindible dar un impulso al Ejecutivo haciendo cambios. El cónclave celebrado en Barcelona el fin de semana sirvió para alimentar esta tesis, al tiempo que los posibles candidatos a elecciones autonómicas -asistieron Alberto Fabra (Valencia) e Ignacio González (Madrid), entre otros- entonaron el qué hay de lo mío. Pero Mariano Rajoy, pese la desesperación de un sector del PP, se mantiene impasible hasta la fecha.

Así, y ante la carcajada de los propios interesados, el presidente respaldó a su propio Ejecutivo –"la respuesta es obvia", dijo– y recalcó que "el impulso político se va a reducir" a la salida de Mato. De hecho, si hubiera podido, lo habría evitado. El nombre del futuro ministro sigue siendo una incógnita. Se dará a conocer a lo largo del martes o el mismo miércoles, según precisó un portavoz de Moncloa.

Pacto PP-PSOE

La otra cuestión de la que cada vez se habla más en los círculos políticos eS la posibilidad de una gran coalición PP-PSOE tras las ya no tan lejanas elecciones generales. Tal y como desveló este diario, barones del PP y destacados socialistas –entre ellos, Felipe González y Alfredo Pérez Rubalcaba– ya han abordado la espinosa cuestión con Rajoy y le han animado a dar el paso si es necesario. Si bien, las propias fuentes consultabas, ya avisaban que "no se debe hablar de ello antes de las elecciones". En otras palabras, nunca se iban a reconocer los contactos, aún en caso de producirse.

Cumpliendo aparentemente esta máxima, Rajoy descartó que esté planteado "en este momento", pero no cerró la puerta al pacto. Este mismo lunes, Pedro Sánchez apostaba por un gobierno de "diversas fuerzas", pero no aclaraba con cuales. El presidente era cauto y no se pillaba los dedos: "no hay planteado un pacto electoral", reiteró, ya que lo primero es el acuerdo "con la gente" mediante el proceso electoral.

El escenario es factible, interpretan destacados dirigentes del PP, porque a día de hoy nadie prevé que Rajoy pueda lograr una mayoría tan holgada como la vigente. Y, más aún, porque ya hay encuestas en Génova que dan al PSOE como tercera fuerza política. De ahí, añaden, el nerviosismo de Sánchez. "Nunca se puede decir no a un Gobierno PP-PSOE", en opinión del riojano Pedro Sanz, decano de los líderes regionales. Alberto Núñez Feijóo, al que se le cataloga como el barón con más peso en el PP, se sumó a esta tesis recientemente: "lo tenemos que decidir después de las elecciones. Los ciudadanos quieren respuestas, que salgamos de la crisis y consolidar un escenario de recuperación. Para eso, toda las manos son necesarias y la miopía no puede cegar a algunos".

La política, una vez más, desvirtuó una cumbre centrada en la política económica. Tanto el jefe español como el francés acordaron solicitar a las instituciones europeas financiación del denominado plan Juncker y los presupuestos comunitarios para las interconexiones eléctricas y de gas entre ambos países.

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