"Convocar ahora elecciones en Cataluña, a mí no me parece lo mejor, ni lo más positivo, ni lo más conveniente". De esta forma, y aunque dijo no tener competencias en la materia, el presidente criticó sin matices la celebración de elecciones anticipadas en la comunidad. Y, en paralelo, su equipo admitió que a día de hoy prácticamente todos los puentes de comunicación están rotos: "nos enteramos por los periódicos", en voz de un alto cargo sobre la inminencia de otros comicios, que fueron confirmados sólo horas después.
Mariano Rajoy, que saca pecho de que no ha cambiado de postura frente al desafío separatista desde que llegó a la Moncloa, asegura que no virará su opinión ocurra lo que ocurra en las elecciones anticipadas. Aunque sí que quiso subrayar desde Atenas que la prioridad para Artur Mas debería de ser la economía y consolidar la recuperación porque "ya se ve la luz".
Además, el jefe del Ejecutivo -cuyo equipo, a día de hoy, rechaza un nuevo encuentro con Mas- destacó con cierto hastío que en Cataluña hubo comicios autonómicos en 2010 y en 2012 y que para este año ya están convocadas municipales y generales. "Son demasiadas", llegó a afirmar en presencia de Antoni Samarás, el primer ministro griego, que asentía con la cabeza.
Mientras, en Génova se preparan para otra campaña con unas encuestas muy negativas en la región. Tanto, que Ciudadanos estaría ya por encima del PP en intención de voto, lo que ha provocado que de nuevo hayan surgido voces en la formación que reclaman que Alicia Sánchez Camacho, la actual líder del PPC, dé un paso atrás.