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El fantasma de la gran coalición empaña el primer gran pacto de Estado

Antes de sellar el pacto, que estará listo el lunes, el Gobierno aprueba un plan estratégico nacional "de lucha contra la radicalización violenta".

Lo importante, dejan entrever desde la Moncloa, es el apretón de manos. En aras del acuerdo, todo es susceptible de negociación, que seguirá prolongándose a lo largo "de las próximas horas" pese a que las partes implicadas esperan que el lunes se concrete el tan publicitado pacto contra el terrorismo. A tal efecto, Mariano Rajoy conversó con Pedro Sánchez al término del Consejo de Ministros, pero todavía quedaron flecos por cerrar.

El acuerdo está "muy avanzado", en palabras de Soraya Sáenz de Santamaría, que al tiempo anunciaba la aprobación de un plan estratégico nacional "de la lucha contra la radicalización violenta". Con esta nueva normativa, al margen del pacto con el PSOE, se busca "cortar la cadena de transmisión de la radicalización", según Jorge Fernández Díaz. La clave pasa por la creación de un único órgano nacional de coordinación, si bien se incluye un apartado para las comunidades "con policía propia" a las que se le permite la creación de "grupos autonómicos" que, eso sí, tendrán "obligada colaboración" con las fuerzas de seguridad del Estado.

Sobre el pacto en sí, de nuevo, no se quisieron dar detalles. "No queremos decir nada hasta que esté todo cerrado", se escudó un portavoz habitual. El presidente avanzó en su día que se penalizará como terrorismo el desplazamiento "a zonas de conflicto" para integrarse en grupos radicales y el denominado "adiestramiento pasivo". También quedará abordada la figura "del lobo solitario" y se actuará con firmeza contra la financiación del terrorismo “aunque no se pertenezca a la organización”.

De igual forma, Moncloa prevé endurecer las penas relativas a la apología del terrorismo, haciendo especial hincapié a las que se llevan a cabo en las redes sociales -algo, por cierto, contra lo que ya lucha el plan presentado este viernes-. La cuestión más espinosa es la relativa a la cadena perpetua revisable, que en principio se quedaría fuera del pacto.

Las razones del PSOE

Un acuerdo que el PSOE pretende cerrar el próximo lunes con la firma de la ley orgánica en el Congreso de los Diputados. La intención de aplazarlo hasta después de este fin de semana se debe al temor a que el fantasma de la gran coalición con el PP sobrevuele su convención autonómica, que se celebra en Valencia. De ahí que se haya pretendido aplazar la firma y también que quieran rebajar la solemnidad en la escenificación del pacto evitando pasar por la Moncloa; imagen que quiere evitar a toda cosa Pedro Sánchez.

De hecho, los socialistas siguen insistiendo en el "no, no y no" a pactos de gobierno con el PP y circunscriben a este acuerdo, el primero de la legislatura, una materia -la antiterrorista-, en la que "el PSOE quiere garantizar que haya unidad contra el terrorismo". El secretario de Organización, Cesar Luena, dejó claro que "el PSOE nunca apoyará la cadena perpetua" que el Gobierno incluye en la reforma del código penal y que ya recibió su voto en contra.

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