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Empalagosa despedida de Monedero: "Sin amor no se puede hacer política"

Después de estallar contra Pablo Iglesias y Podemos, Monedero dedica ahora a su ya excompañero una empalagosa carta de despedida.

Este viernes un terremoto sacudía Podemos. Su número tres y alma del corpus ideológico de la formación, Juan Carlos Monedero, soltaba una auténtica carga de profundidad en un programa de la emisora Radio Cable al estallando contra Iglesias y Podemos y afirmando que se sentía "totalmente engañado y traicionado".

Monedero presentaba su dimisión de los cargos de dirección del partido y su líder, Pablo Iglesias, decidía aceptarla y así lo comunicaba en medio de una rueda de prensa que había convocado para destacar algunos puntos de su programa de cara a las autonómicas y municipales del próximo 24 de mayo.

Este viernes, primero de mayo, Monedero ofrece la primera réplica de ese gran terremoto con una carta de despedida en su blog Comiendo Tierra. Monedero habla de su retirada de "los cargos de dirección del partido" tira de su retórica revolucionaria habitual, esa que emplea cada vez que se le coloca un micrófono delante: "Podrán vencer, pero no nos están convenciendo"; "Para cambiar nuestra democracia tenemos que recuperar la inteligencia"; "Lograr que el miedo cambiara de bando".

Explica el profesor de la Complutense y exasesor de Hugo Chávez que "he dejado los cargos de dirección para empujar con más fuerza este proyecto. Sin los frenos de los órganos colegiados; sin las penurias de las organizaciones (también, y eso me lo pierdo, sin sus grandezas); sin el dogal de las urgencias electorales. Sin la ponzoña de los medios ni sus enredos que envilecen. Recupero una voz que sólo me representa a mí mismo. Que no compromete sino a quien está de acuerdo con mis errores y con mis aciertos, y que le quita a los que viven del infundio la posibilidad de achacar a nadie que no sea yo mismo mis opiniones".

Pero lo más destacado de esta despedida son las palabras, casi de almíbar, que dedica a su excompañero Iglesias. Monedero se despide de su líder con expresiones tan conmovedoras como éstas:

  • Contábamos con la grandeza de un tipo auténtico, con coleta, voz trenzada con el timbre de la gente de abajo y, sobre todo, con muchas ideas. Cuando Pablo me dijo: "¿nos lanzamos?"- le contesté: "Contigo, Pablo, me lanzo".
  • Voy a volver a recuperar mis cenas con Pablo para hablar de otras cosas que no sean las exigencias de la burocracia. Lejos de las intrigas de los medios. Pablo volverá a reventarme algún capítulo de Juego de Tronos que aún no habré visto y yo le voy a decir que cómo es posible que aún no haya visto la versión inglesa de House of Cards. Vamos a compartir el último libro que publique nuestro amigo Ramón Akal, va a hablarme de Perry Anderson, yo le insistiré con Boaventura de Sousa Santos. Vamos a reirnos, como hemos hecho siempre. Incluso hoy mismo que los dos estábamos rondando la tristeza por culpa de un mundo al que le falta empatía. Vamos a volver a ser los confidentes de ese otro mundo posible por el que vamos a seguir peleando.
  • Pablo es, además de una parte hermosísima de mi biografía, el secretario general del partido con el que voy a seguir luchando.
  • Nunca he sentido tanta seguridad como cuando él está cerca, cuidando siempre a todos los que estamos en esta pelea. Quien no entienda esto no entenderá por qué Pablo Iglesias tiene el mandato de gobernar nuestro país.
  • Algo de mala conciencia me acompaña por no estar al lado de Pablo en un sitio tan ingrato como es la dirección de un partido.
  • Que ladren los que han perdido la capacidad de entender lo que significa la amistad. Seguimos creyendo, eso significa Podemos, que sin amor no se puede hacer política.
  • Este primero de Mayo, como tantos años, vamos a brindar Pablo, tú y yo, con y por los trabajadores. Es un orgullo ser tu amigo. Gracias por todo lo que estás haciendo. Y por no dejarte vencer por tantas mentiras.

Entre los halagos deja algunos mensajes abiertos a interpretación como ese último de no "dejarte vencer por tantas mentiras" o el que dedica a los que ya no entienden lo que significa "la amistad". En su carta también señala a sus enemigos. Por un lado, "los mercenarios" que "querrán contar de una manera fea lo que no pueden entender". Y por otro, los medios de comunicación, que son "ponzoña que envilece".

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