El Partido Popular transmitió por fin, tras semanas muy difíciles con Rodrigo Rato o Alfonso Rus en todas las portadas, cierto optimismo. Conseguido sin contratiempos "el fotón" de la campaña -el de Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre dándole al pedal, sonrientes, en compañía de Cristina Cifuentes-, la dirección nacional vio razones para proclamar el fin de los nubarrones. Primero, por "los tremendos errores" que está cometiendo Albert Rivera. Y, no menos importante, por el "apoyo" que dijeron ver en el mensaje de José María Aznar.
Los sondeos de poca muestra que se elaboran diariamente confirmarían esa tendencia, según las fuentes consultadas. El PP cree que la campaña les está ayudando y van "para arriba", mientras Ciudadanos retrocede. "El simple hecho de que Rivera no cierre la puerta a pactar con el PSOE o con Podemos ya nos ayuda", en opinión de la cúpula, que desliza que en Andalucía "ya lo tiene todo pactado con Susana Díaz aunque estén esperando a las elecciones".
En palabras de Soraya Sáenz de Santamaría, "en política, no sirve ‘lo mismo da o da lo mismo’. Uno tiene que tener las ideas claras de gobierno. Y ese amplio espectro de pactos da que pensar que pocas ideas tiene el que lo propone". "En cuanto concretan, se meten en charcos", añaden desde la cúpula.
Pero, además, el entorno de Rajoy resopló aliviado al escuchar el esperadísimo discurso de Aznar en Zaragoza. "Se complementa con el del presidente", aseguraron. Uno centrado en la mejora de la situación económica, el otro mucho más político, dirigiéndose directamente al votante descontento para pedir que "vuelvan a casa". "Ha sido en positivo", se transmitió, de hecho, desde la Fundación FAES.
Incluso se quitó hierro al hecho de que Aznar no citara ni una sola vez a Rajoy. "Mandó un mensaje muy claro al PP: hay proyecto de futuro", zanjaron. E insistieron en que el expresidente "es bueno en campaña", más aún porque "sí que menciona a los candidatos como Luisa Fernanda Rudi", muy necesitada de que no haya trasvase de votos a Ciudadanos. Aznar todavía pedirá el voto en Logroño, Ávila, Madrid y Toledo.
Así, la dirección de campaña aboga por mantener intacto el eje de la campaña, aunque Rajoy se esté caracterizando por no dar grandes titulares. Este miércoles tocaba un momentazo: el paseo en bici con Aguirre y Cifuentes. Ellas más informales, él sin chaqueta pero con corbata. No hubo ganadores en el paseo. "Fantástico", resumió Rajoy, que dijo que "el deporte es bueno" y con la bicicleta eléctrica "se hace menos esfuerzo que a pura pierna".
Pocas veces se vieron tan dicharacheros a Aguirre y Rajoy. Paz hasta los comicios, podría ser el resumen. El presidente se mostró satisfecho del nuevo formato de campaña, en el que se patea más la calle que nunca. Hoy Madrid Rio, ayer Villanueva de la Serena (Badajoz) y pronto en Palma de Mallorca o Pontevedra. "Eso es lo divertido", coreó Aguirre, que aplaudió al presidente como la que más. Cerraba Cifuentes: "Creo en el trabajo en equipo, querida Esperanza y Mariano. Sólo juntos se puede alcanzar la meta".
Más que nunca, la noticia fue la foto. La de la bici, el paseo y los besos. Porque poco se pudo rascar de las intervenciones, más allá de la petición de unidad de Cifuentes. "Hemos vivido una etapa complicada, todo el mundo hablaba del rescate de España, de la quiebra de nuestro país", recordó. Pero, a sus ojos, todo ha cambiado. "España va a ser el país que más crece: ¡quién nos lo iba a decir!", destacó, para enfatizar que la creación de empleo "es una labor que debemos hacer entre todos".
Rajoy también lanzó un último mensaje a sus candidatas. "Cuando termine esta legislatura", arrancó dando por hecho que Aguirre estará en el ayuntamiento y Cifuentes en la comunidad, "la gente será más feliz en Madrid que, al fin y a la postre, es de lo que se trata".