Todavía con la resaca eufórica tras el lleno de la plaza de toros de Valencia, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, comienza a intensificar su mensaje, pasado ya el ecuador de la campaña. Con una constante apelación al PSOE como única opción de voto útil, el líder de los socialistas se postuló en Zaragoza como el único partido capaz de desbancar al PP: "El voto del PSOE es un voto que dice sí al empleo estable y no a los contratos por horas; es un voto que dice sí al estado del bienestar y no a su desmantelamento; es un voto que dice sí a perseguir el fraude fiscal y no a amnistías fiscales para Rato".
Ante unas 2500 personas en la sala Multiusos de Zaragoza, Sánchez sacó pecho frente a la formación Podemos cuyo auge en las encuestas sigue apuntando a una gran fuga de voto del PSOE. Presumió de los 135 años de historia de un PSOE que "ha gobernado en todas lass comunidades" que, a su juicio, es responsable de los logros sociales de España -"¡lo mejor que ha pasado en este país ha venido de la mano del PSOE!"-. Y recrudeció su discurso frente a la formación de Pablo Iglesias a quien calificó veladamente como una "torrentera".
"somos un partido que no es fruto de una torrentera; que tiene una hoja de servicios digna". Y alzando la voz, y defender que "el PSOE es un partido de izquierdas", lanzó una advertencia a sus contrincantes de izquierdas: "¡No nos pueden dar lecciones! ¡Nadie nos puede dar lecciones!".
A modo de traca final, animó a los suyos a "decir alto y claro que nosotros somos la izquierda que quiere y que puede ganar al PP! Así que, a ganar para gobernar, a gobernar para convertir Aragón y España en esa España de las oportunidades que merecemos".
Frente a un PP que "esconden sus siglas como Luisa Fernanda Rudi", el líder del PSOE se mostró orgullo de las suyas que, pese a las encuestas, se permitió asegurar que "estamos llamados a cambiar el destino en favor de un destino honesto, limpio y justo".