No habrá cambios en la hoja de ruta de Mariano Rajoy en la recta final de la campaña. Insistirá una y otra vez en que sólo el Partido Popular garantiza la estabilidad y la recuperación económica. "Nosotros, donde estamos fuertes, es en la economía", afirma su entorno. Y apelará al "voto útil" frente a "adanes, tertulianos y estrellas de televisión". Las mayorías absolutas del PP, dijo en Burgos, son "el pacto de verdad y de la sensatez".
"La gente se ha dado cuenta de que hay que apostar por los valores seguros, va a reaccionar bien con nosotros. Lo creo sinceramente", aseguró Rajoy en una reciente conversación con periodistas en Marín (Pontevedra). El presidente se agarra a las encuestas de poca muestra, los denominados trackings, que diariamente le facilita Carlos Floriano, su jefe de campaña. De ellos se desprende que la sangría de votos paró hace días y se ha revertido la tendencia. En síntesis, "suben PP y PSOE -esto es, los partidos tradicionales- y se estancan o bajan Ciudadanos y Podemos".
La dirección nacional cree que "mientras a Ciudadanos la campaña le está viniendo larga porque tiene que concretar", al PP le está beneficiando. Con Rajoy, hablando de economía y pareciendo "una persona más próxima" con sus paseos y encuentros sectoriales. Y con José María Aznar, articulando un discurso muy político pero sin críticas al partido. "Si fuera por nosotros, encantados de que perdiera el avión -parte de viaje al extranjero- y se quedara hasta el viernes", en palabras de un miembro la cúpula. Y ello pese a que deja en evidencia al propio Rajoy, al que no ha citado en ningún momento estos días.
Si bien, pese a que las sensaciones son buenas y los trackings corroboran la tendencia, la dirección de campaña admite que los resultados de hace cuatro años siguen quedando muy lejos y que hay que echar el resto para "despertar" al votante del PP, y que éste no cambie a otro partido. "El voto oculto, el que dice que no sabe qué va a hacer", según los estrategas de la formación. Y han puesto el foco de atención en los candidatos locales y regionales de Ciudadanos. "En algunos casos es patético", zanjan en Génova.
El objetivo es desenmascararlos, y así se ha dado orden a las distintas estructuras. "A Albert Rivera le gustaría ser el candidato de todas las ciudades de España, pero no lo es. La gente tiene que saber que Ciudadanos tiene sus candidatos, y que muchos vienen rebotados de otros partidos o no están capacitados", según el argumento del PP. Como último ejemplo ponen el de Miranda de Ebro, en Burgos, donde varios integrantes de la candidatura de este partido ni tan siquiera habían dado su consentimiento para participar en la misma. "Es una vergüenza que no se puede consentir" por ser "el más rancio y viejo caciquismo del siglo XVII", espetó Juan Vicente Herrera en presencia de Rajoy.
En esRadio, Pablo Casado hizo uso del caso para tirar de argumentario. "Tienen un programa electoral inconsistente y muy socialdemócrata", avisó sobre Ciudadanos, pese a que "iban de muy modernos". "Rascando, rascando, van desnudos", reiteró, al tiempo que admitió que el reto es "movilizar a nuestro votante". Y destacó el papel de Aznar, que ha extasiado al militante de base en Zaragoza, Ávila o Logroño: "El PP no se puede entender sin Aznar, es una persona imprescindible. Somos un partido unido que salimos a ganar", proclamó el portavoz de los populares.
La estrategia contra Ciudadanos no será sólo a través de los medios de comunicación o los mítines. Desde hace ya algunos días, miembros de los cuadros medios señalan a los cabezas de cartel de Ciudadanos en las redes sociales y explican que antes estuvieron en otras formaciones, desde el PP a UPyD pasando por el PSOE. Es el caso de la Región de Murcia o de Extremadura; en esta última región, Victoria Domínguez -la candidata de Ciudadanos- fue cabeza de lista del PP en Plasencia, se fue al grupo mixto y llegó a apoyar al PSOE.
"Tenemos que hacer un último esfuerzo. En algunos sitios nos jugamos la mayoría absoluta por un puñado de votos y, en otros, básicamente lo que nos jugamos es el tipo", según quienes en Génova manejan las encuestas internas. Y la dirección sigue poniendo la lupa en Madrid, y en concreto en Esperanza Aguirre. "Si yo estuviera en su piel, no habría querido dar un desplante a Ana Botella", afirman sobre su relación, más aún tras el acto del domingo. "Ya veremos si hay efecto Esperanza. De momento, va muy parecida a otras ciudades", pronostican desde el entorno del presidente.