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¿Qué necesita el PP de Ciudadanos para gobernar y dónde?

Ciudadanos puede ser el único remedio para que el Partido Popular mantenga un mínimo poder municipal tras el descalabro electoral del pasado domingo.

Aunque las previsiones eran malas el resultado de las elecciones municipales y autonómicas del pasado domingo ha batido a la baja todas las previsiones del PP. La pérdida de poder de los populares es inédita: sólo han obtenido una mayoría absoluta en toda España y ésta ha sido en Ceuta y en casi todas las grandes ciudades del país ni siquiera podrá formar gobierno con otros partidos, incluyendo Madrid, Valencia y Sevilla, en las que disfrutaba hasta ahora de holgadas mayorías absolutas.

Y lo mismo puede decirse en el capítulo autonómico: de las trece comunidades en las que se celebraron elecciones el domingo el PP gobernaba en diez y en ocho de ellas con mayoría absoluta. Ahora sólo podrá gobernar en cuatro y siempre con el apoyo de otras fuerzas.

O mejor dicho, de otra fuerza, porque en la inmensa mayoría de los casos el único partido que puede prestar ese apoyo a los populares es Ciudadanos. Vamos a analizar qué es lo que necesita el PP de los de Albert Rivera y en qué comunidades y ayuntamientos.

Madrid como bandera

En las comunidades autónomas la principal negociación será la que se desarrolle en Madrid. El resultado electoral obligará a Cristina Cifuentes a conseguir el voto favorable del grupo que comandará Ignacio Aguado en la asamblea regional: el PP ha logrado 48 escaños y Ciudadanos 17, justo la mayoría absoluta que está en 65.

Además, no bastaría con la abstención, ya que la suma de PSOE y Podemos supera claramente a los diputados del PP -64 frente a 48-. La importancia simbólica de Madrid hará de esta una negociación especialmente complicada.

En Castilla y León la situación es más sencilla: los populares se han quedado a sólo un diputado de la mayoría absoluta y bastaría con la abstención de los de Ciudadanos e incluso con la del único representante de Unión del Pueblo Leonés.

Algo parecido ocurre en Murcia también, con el PP a sólo un escaño de la mayoría absoluta: bastaría con la abstención de los de Rivera; lo mismo que en La Rioja, a pesar de que allí el veterano Pedro Sanz sólo tiene 15 diputados, dos menos de los necesarios pero más que la suma de PP y Podemos.

Un complejo mapa municipal

En algunos grandes ayuntamientos el pacto entre PP y Ciudadanos podría sustanciarse sólo con la abstención de los segundos. Es el caso de Almería, donde sin embargo el candidato de Rivera se ha descolgado pidiendo ser alcalde, en contra de las directrices marcadas desde hace semanas por la dirección de su partido. Esto ocurriría también en Melilla.

Sin embargo, en otras capitales andaluzas como Jaén, Granada y Málaga los populares necesitarían que Ciudadanos emita un voto favorable en la investidura.

En las dos capitales de Extremadura se repite la misma situación: tanto en Cáceres como en Badajoz al PP le bastaría la abstención de Ciudadanos para alcanzar la alcaldía. No así en Castilla-La Mancha, donde tanto en Cuenca como en Albacete y Guadalajara los candidatos populares no serán alcaldes si no cuentan con el voto de los concejales de Rivera.

En Castilla y León –comunidad cuyas capitales C’s ha obtenido buenos resultados- nos encontramos con las dos posibilidades aunque lo más habitual es que el voto afirmativo de los de Rivera sea necesario: así ocurre en Ávila –donde Ciudadanos es segunda fuerza-, en Burgos, Palencia y León. En Salamanca, por el contrario, la abstención de los cuatro concejales del partido de Rivera convertiría al popular Alfonso Fernández en alcalde.

En Murcia capital y pese a la holgadísima victoria del PP –que le ha sacado 18 puntos al segundo partido que ha sido el PSOE- la simple abstención de Ciudadanos no bastaría para encumbrar al candidato popular, ya que se producirá un empate a 12.

Compleja es la situación también en Teruel, donde los populares tendrían que sellar un tripartito ya que ellos han obtenido ocho escaños, C’s dos y los regionalistas del PAR otros dos, para una mayoría absoluta que está en los once escaños.

Por último, Logroño y Santander son las dos últimas capitales en las que el PP podría alcanzar –o mejor dicho mantener- las alcaldías con la mera abstención de los cuatro y los dos concejales que Ciudadanos tiene, respectivamente, en estas ciudades.

Resumiendo las diferentes posibilidades: por lo que se refiere a las autonomías el PP necesita el voto de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid y su abstención en Murcia, La Rioja y, probablemente, Castilla y León. Mientras, en siete capitales de provincia los populares podrían gobernar sólo con que los de Albert Rivera se abstengan, sin embargo en otras doce necesitarán contar con su voto.

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