El candidato a la alcaldía de Madrid, Antonio Miguel Carmona, tiene las manos atadas. Su intención inicial era incorporarse al Ayutamiento de Madrid como vicealcalde en el gobierno municipal de Manuela Carmena, pero la orden de la dirección federal fue clara: no entrar en gobiernos con Podemos -salvo excepciones como la de la Comunidad Valenciana-, hasta después de las elecciones generales. Así las cosas, Carmona está reunido con Carmena desde primera hora de este jueves para cerrar su acuerdo de investidura, aunque no ha desistido totalmente de sus planes iniciales, con la vista puesta en el mes de enero. Según fuentes cercanas a su entorno "todo puede pasar" de aquí a unos meses.
El candidato asume las ordenes de la dirección de Pedro Sánchez hasta esa fecha, pero no se descarta que, tras las generales, la configuración del ayuntamiento de la capital sea distinta. Entre otras cosas porque el "riesgo" de un tamayazo, casos de transfuguismo político que cambie la configuración de la mayoría simple bajo la cual gobernará Carmena, es "mayor en los partidos de convergencia y oportunidad". Es decir, en los partidos nuevos, con un crecimiento mayúsculo en un breve periodo de tiempo o, como lo llaman fuentes socialistas, en los partidos "de aluvión". Un transfuguismo que, en ningún caso" se produciría en "un partido serio como el PSOE" que, como el PP "es consciente de que no cabe más estrategia que la seriedad".
La candidata de Ahora Madrid y más que probablemente futura alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, ya descartó este miércoles que se pueda producir un tamayazo el sábado en la constitución del ayuntamiento, para favorecer la investidura de la cabeza de lista del PP, Esperanza Aguirre, quien ofreció incluso un pacto de estabilidad al socialista Carmona y a Begoña Villacís de Ciudadanos. La respuesta del PSOE fue un "no rotundo".
Desde la dirección federal consideran altamente improbable esta sorpresa de última hora, y absolutamente imposible en las filas del PSOE. "Si hubiera algo, que no nos miren a nosotros", dicen recordando el antecedente de 2003: "Por desgracia, tenemos el estigma", es "la pesadilla recurrente", se lamentan estas fuentes. "Pero confiamos plenamente en nuestros compañeros del PSOE que firman un código ético antes de asumir un cargo" por un partido que tiene unos filtros previos para evitar que eso ocurra.
Lo que sí dejan caer de soslayo es el "riesgo cierto" de que esta posibilidad se pueda producir en Castilla-La Mancha donde algunos miembros de Podemos podrían apoyar a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. El escenario es incierto e inestable, los dos ingredientes que abonan el campo para sorpresas de última hora que cambien el escenario de pactos y de gobiernos, aunque no en el Ayuntamiento de Madrid... por ahora.