El Partido Popular hizo vida normal pese a la última andanada de Luis Bárcenas, que implica a Mariano Rajoy y a José María Aznar en la presunta financiación ilegal de la formación. Si bien, ni uno ni otro dieron réplica al otrora tesorero y hombre de confianza, siendo Pablo Casado el encargado de acusarle de intentar "emborronar" a personas "con trayectoria intachable".
En la práctica, los populares no se inmutaron e hicieron uso del argumentario, aparentemente, sin mayor preocupación. "La caja B es del señor Bárcenas, no del PP", respondió Rafael Hernando. "Lo que tiene que hacer es explicar donde tiene los 40 millones y luego, probablemente, si no convence al juez volver donde estaba, que es a la cárcel", añadió Casado, según recoge la agencia EFE.
En este contexto, la única que movió ficha fue María Dolores de Cospedal, aunque no hizo declaraciones públicas. En concreto, la secretaria general del PP dio instrucciones a sus abogados para que estudien la posibilidad de demandar por tercera vez a Bárcenas por volver a afirmar "hechos falsos que lesionan el honor" de la dirigente popular.
La primera de demanda fue estimada por la Audiencia provincial de Toledo y condenó a Bárcenas a cesar en la intromisión del honor e indemnizar a Cospedal; y la segunda demanda, por acusarla del cobro de una comisión ilegal de 200.000 euros, está pendiente de resolución.