Es el quinto artículo que escribe Pablo Iglesias en solitario en el diario El País (firmó su primera intervención en este diario con el exfiscal Jiménez Villarejo). Titulado "Una nueva Transición", en él mantiene un estudiado discurso equidistante a sus habituales manifestaciones sobre la Transición Española.
Para Pablo Iglesias la Transición supuso, "básicamente, el mantenimiento de los privilegios de una casta política y económica" que, según ha afirmado en más de una ocasión, no era otra cosa que "un lumpen-oligarquía que prosperó gracias al Franquismo". Unas élites, sigue su argumento, "que nunca han dejado existir. La transición no les tocó". Así se expresaba, por ejemplo, en 2013 en un foro del "Frente Cívico Somos Mayoría de Rivas".
En cambio, ahora Pablo Iglesias habla de un periodo "exitoso" en el que se dio un "proceso de metamorfosis" que ya no estaba pilotado únicamente por las élites franquistas, sino también por "la oposición democrática". También dice que fue un periodo en el que se logró que España pasara de "una dictadura a una democracia liberal homologable". Es más, Iglesias, que ha aborrecido el sistema económico "neoliberal", dice en su artículo que se cumplieron las expectativas de mejora de condiciones de vida de "nuevas y autopercibidas clases medias" gracias al "régimen de 1978".
Todo se truncó en la "crisis de 2008", precedida -explica Iglesias- "por un modelo de desarrollo basado en el consumo mediante el crédito" y en la "especulación inmobiliaria". Además, dice que aquella crisis puso de manifiesto "los límites y peligros del modelo español y el envejecimiento de sus estructuras políticas, haciendo pagar a las clases medias y asalariadas los platos rotos". No menciona Pablo Iglesias en este caso a los EEUU. ¿Creerá Pablo Iglesias que el hundimiento de Lehman Brothers se debió a la obsolescencia de Zapatero y Rajoy?
En cualquier caso, del régimen de 1978, Iglesias cree que ya sólo "gozan de buena salud", el Ejército, la Monarquía y el PNV. También considera que El País es otra de las instituciones que apuntalan aquel régimen, ya que es "el más importante baluarte cultural de aquella Transición y de aquel régimen".
En definitiva, todo este argumentario deriva en su idea de siempre. La Transición, y su sistema electoral, apuntaló el bipartidismo que él combate en solitario pese "a haber recibido más ataques que nadie", dice. Lo hace presumiendo de que sus órganos internos "son elegidos en primarias abiertas a la ciudadanía", pese al golpe de mano que ha llevado a cabo para mantener el poder del partido frente a los cientos de críticos que tratan de promover un sistema más representativo de primarias en el partido morado.
Por todo ello, Iglesias cree que en las próximas elecciones no se abrirá una nueva legislatura sino que será un cambio de "régimen político en el que muchas cosas habrán de cambiar". Su compromiso pasa por un nuevo "pacto de convivencia social y territorial que habrá de articularse mediante un proceso constituyente que no se negocie en despachos, sino mediante un gran debate social, que haga que en la nueva Transición los protagonistas fundamentales no sean las élites políticas y económicas sino los ciudadanos".