Continúa la ofensiva contra la Operación Púnica en la que el PSOE ha subido un peldaño más en su escalada parlamentaria, y también en la verbal. Sobre la primera, este jueves el grupo socialista ha registrado una iniciativa parlamentaria que pretende fiscalizar a 20 ayuntamientos y cuatro comunidades autónomas gobernadas por el PP durante el funcionamiento de la trama: Comunidad Valenciana, Madrid, Castilla y León y Murcia.
Quieren hacerlo a través del Tribunal de Cuentas para que fiscalice a todos los entes públicos que han firmado contratos varios con la trama de la Operación Púnica. En palabras del portavoz parlamentario, Antonio Hernando, "queremos que el Tribunal de Cuentas investigue qué ha pasado, qué ha fallado en esas instituciones, y por qué se ha contratado con esta trama".
A donde quieren llegar los socialistas es a la financiación irregular del PP que, a juicio del PSOE, llevan los caminos de la Gürtel y la Púnica, que "seguían caminos paralelos. Los caminos de la Púnica y de la Gürtel terminan en el mismo sitio, en la calle Génova, 13", donde "tienen sus despachos Rajoy y Aguirre y dónde los tenían Barcenas y Granados". Es más, según Hernando, "todo el edificio de Génova 13 está plagado de corrupción porque en la planta cero estaba la planta de las oportunidades y en la planta una y la planta siete hay despachos relaciones con la corrupción".
Pero en este escalada verbal, el clímax discursivo llegó este jueves de la mano del portavoz parlamentario al insinuar de esta forma haber escuchado unas grabaciones de la Guardia Civil que ya constan de forma transcrita en el sumario. "Cuando escuchemos las grabaciones de la Guardia Civil de la trama Púnica, a Rajoy y a la señora Cifuentes se les va a helar la sangre porque vamos a tener a muchos dirigentes del PP diciendo barbaridades".
Palabras de un portavoz en el Congreso que hace apenas dos meses tuvo que responder ante los medios por una portada del diario La Razón denunciando que el portavoz de Interior del PSOE en el Congreso se había reunido en un bar cercano al Congreso con los comisarios del 11-M, Telesforo Rubio y Manuel Santano, ambos cercanos al equipo de Rubalcaba –de quien fue portavoz de Interior el propio Hernando–, y ambos hoy en el Consejo Asesor del Cuerpo Nacional de Policía.