Mariano Rajoy entró en la contienda electoral acusando a Artur Mas de vivir instalado "en el disparate" y le exigió tanto a él como a sus socios de viaje que digan claramente cuáles serían las consecuencias de una hipotética independencia de Cataluña. "¿Por qué no se explica que hay que abandonar Europa? ¿Cuál va a ser la nacionalidad de la gente?", destacó en su primer mitin de campaña -en Lérida, ante 700 simpatizantes-, para apostar por "el triunfo de la moderación" frente al "radicalismo".
Pase lo que pase el próximo 27 de septiembre, el presidente reiteró que "todos estamos sometidos ante la ley" y, en consecuencia, la soberanía nacional seguirá residiendo en el conjunto de los españoles. Si bien, tras la imponente fotografía del pasado viernes -con el separatismo sacando músculo en las calles por la Diada-, Rajoy se afanó en reclamar a Mas que explique qué ocurriría en caso de ruptura. "¿Qué va a pasar con la PAC? ¿Por qué no se explica dónde van a tener sus sedes las entidades financieras?", prosiguió.
Tanto él como su candidato, Xavier García Albiol, llegaron a hacer referencia a "la incertidumbre" empresarial y económica que despiertan los comicios para instar a una participación masiva el próximo 27 de septiembre. "Queremos que estas elecciones sirvan para abrir una etapa de estabilidad y certidumbre", en palabras de Rajoy, que renegó de quien ignora "a más de la mitad de la población" y amenaza "no se sabe a quién con incumplir la ley".
De las palabras de Rajoy se desprende que, si el 27S los catalanes se decantan por las opciones constitucionalistas, estaría dispuesto a negociar un nuevo modelo de financiación. "Diálogo" que no "monólogos", según el presidente, que sacó pecho de que el Estado ha estado auxiliando al Ejecutivo autonómico durante toda la legislatura. "Por primera vez en la historia, la Generalitat no puede pedir créditos en los mercados porque nadie se los da", recordó. Pero "para eso está el Gobierno de España, para ayudar a los catalanes", dijo.
Hasta que se abran las urnas, Rajoy visitará todas las provincias catalanas y estará, al menos, dos veces en Barcelona. Sus estrategas aseguran que, desde la designación del nuevo cabeza de cartel, la formación está mucho más movilizada y suben en las encuestas. El reto pasa por alcanzar los 14-15 diputados regionales, cuando en las últimas elecciones se hicieron con 19. Y, para conseguirlo, el PP cree que ha de pescar en el caladero de votos socialistas.
Por ello, Albiol hizo chanzas ante "el bailoteo" de Miquel Iceta y reclamó a Pedro Sánchez "que se centre y asuma lo que está ocurriendo" en la comunidad. Rajoy fue todavía más duro. Volvió a sacar a colación el caso de Badalona, e instó al PSC a que "obligue a poner la bandera de España y el retrato de Su Majestad el Rey" que sus socios de la CUP han retirado del consistorio. En caso contrario, "que le retire el voto y Albiol alcalde". A su juicio, tanto Mas como Sánchez representan "el radicalismo" que pide que "caiga" el próximo 27 de septiembre.