Mariano Rajoy dirá este lunes a sus barones y altos cargos que estén tranquilos, que "España va a seguir siendo España" y que la ley se va a cumplir. Pero el Partido Popular, una noche electoral más en esta dura legislatura, se vio envuelto en la desolación. Xavier García Albiol aspiraba a los 14-15 diputados en el Parlamento catalán, pero se quedó en 11. "No podemos estar satisfechos", reconocieron. Su gancho no fue suficiente, sufriendo el peor resultado desde 1992.
Apenas disimularon la decepción durante el recuento. "Una catástrofe, un horror", coincidieron varias fuentes consultadas al ver la encuesta de TV3, que daba al PP tan sólo nueve representantes y al bloque separatista una holgada mayoría absoluta. Oficiosamente, se encargaron entonces de recalcar que "no salían las cuentas", que la histórica participación les beneficiaba y que había que esperar. Pero, pese a que las cosas fueron cambiando y los separatistas perdieron fuelle, en el partido de Rajoy no levantaron el ánimo. El PP no subió de los 11 escaños.
La dirección nacional se enfrenta ahora a un complejo escenario, con la vista puesta en las elecciones generales, previstas para el 13 o 20 de diciembre. Quienes abogaron por hacerlas coincidir con las catalanas se tiraban de los pelos. "Ahora tenemos a Albert Rivera mucho más fuerte", admitió con pesar un destacado dirigente. Albiol optó por enarbolar un discurso muy firme para frenar el ascenso de Ciudadanos mientras que Rajoy ni tan siquiera les mentaba en los mítines, pero nada surtió efecto. Más bien, ocurrió lo contrario.
Albiol se acerca a Arrimadas
"Evidentemente, los resultados que hemos obtenidos no son los esperados. No podemos estar satisfechos", empezó su intervención Albiol mientras su equipo, situado a su derecha, intentaba mantener el tipo. La cara de Andrea Levy lo decía todo: tristeza. El candidato del PPC, que en el Comité Ejecutivo recibirá el calor del partido por su esfuerzo, felicitó formalmente a Inés Arrimada, y se puso a su disposición. "Somos partidarios de crear una alternativa ante aquellos que pretenden romper España", defendió.
En conversación que este diario, Albiol aseguró que -con independencia de la estrategia de la formación a nivel nacional- él quiere llevarse bien con Arrimadas y que, aunque no han logrado ser una opción de gobierno, sí que pueden conformar un bloque común en la Cámara autonómica. "Una mayoría de catalanes apuesta por la convivencia entre Cataluña y el resto de España", dijo, cosechando un tímido aplauso de no más de 20 cargos del PP.
El candidato fue designado a finales de julio, con unas encuestas que en ningún caso daban al PP más de 7 diputados. Ése fue su único consuelo; que ha conseguido 4 representantes más "en apenas un mes de campaña" y pese a los errores cometidos. Principalmente, el protagonismo de José Manuel García-Margallo. Pero, también, el lío que se hizo el presidente en la entrevista de Onda Cero sobre las consecuencias de la ruptura. "Mucho mensaje del miedo pero poco ilusionante", se escuchó por parte de algunos dirigentes.
Mientras, en Génova, crisis. De nuevo, todo se volvía muy cuesta arriba. Aunque, desde el entorno de Rajoy, rechazaron que el 27S vaya a tener una gran repercusión a nivel nacional. "La postura de firmeza con respecto al órdago de Artur Mas la va a seguir marcando el Gobierno", afirmaron, incidiendo en "el fracaso" del presidente de la Generalidad. A ello se agarró Pablo Casado: el Ejecutivo "no va a consentir" la independencia y "mañana sigue todo igual", contestó en rueda de prensa.
"Vamos a seguir garantizando la legalidad, defendiendo la unidad de España y diciéndole a los españoles que tengan tranquilidad que el Gobierno sigue garantizando el estado de derecho y la libertad en España", destacó el vicesecretario de comunicación, que fue el único que dio la cara en la sede nacional. Sin embargo, en privado, se multiplicaron los análisis sobre el ascenso de Ciudadanos: "Se ha llevado nuestros votos y los del PSC que, por mucho que bailen, siguen perdiendo y perdiendo votos".