Mariano Rajoy se presentó, tras el sonoro respaldo de sus más importantes colegas del PP europeo, como la única alternativa frente "a los nuevos y a los viejos demagogos". "Somos el partido de la estabilidad que huye de los juegos de artificio y de los eslóganes de quita y pon", proclamó tras lograr una potente fotografía de precampaña, con primeros ministros y mandatarios de Bruselas rodeándole y elogiando su gestión frente a la crisis. "Viva Mariano" y "viva España", gritó en español Enda Kenny, el primer ministro irlandés.
Según el PP, ningún rival, ni Pedro Sánchez ni mucho menos Albert Rivera, puede lograr el respaldo cosechado por Rajoy este jueves en Madrid. A dos meses de que se abran las urnas, uno a uno fueron subiendo más de una docena de líderes del PP europeo al atril para ensalzar a su homólogo español. "Habéis cogido el toro por los cuernos" y, ahora, "podéis decir que hay un millón de puestos de trabajo y crecimiento económico", resumió Angela Merkel, que mostró su deseo de que Rajoy siga siendo su compañero en las cumbres comunitarias.
La implicación de la canciller alemana en la precampaña del PP fue total. "Muchísimo éxito en diciembre, muchísima suerte, vamos a hacer todo lo posible para apoyaros", le dijo mientras la delegación española -repleta de ministros, capitaneados por Soraya Sáenz de Santamaría, y altos cargos- no paraba de aplaudir. Merkel remato: "Deseamos todo lo mejor al PP y a ti personalmente, Mariano".
Rajoy quería demostrar que cuenta con el apoyo de los grandes de Europa, y estos no dudaron en salir en su auxilio en un momento en el que el PP sigue cayendo en las encuestas ante el nerviosismo interno. Todos le elogiaron, tratando de escenificar fortaleza política. "Volveremos aquí, a finales de año, con un presidente del Gobierno español que se llamará Rajoy", pronunció Nicolás Sarkozy, que ya intentó ayudarle con la campaña de las elecciones catalanas sin mucho éxito. "Mariano es una persona que se preocupa mucho preocupa mucho por su país y en el que se puede confiar en tiempos de crisis", remató Kenny.
Los vivas se repitieron en varias ocasiones. "Mariano, estamos con vosotros, que viva España"; sentenció Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo. Se unió el máximo responsable de la Comisión: "Mariano, estamos con vosotros, que viva España", dijo Jean Claude Juncker, que con su respaldo pretendió acabar con las dudas planteadas por uno de sus comisarios, francés y socialista, sobre los Presupuestos Generales del Estado. Rajoy "es el modelo a seguir", coincidieron los representantes comunitarios.
También se expresaron en términos paridos Mandred Weber, el presidente del Grupo Popular europeo; Laimdota Straujuma, primera ministra de Letonia; o Viktor Orbán, el polémico mandatario de Hungría. "Rajoy y el PP gozarán de un gran éxito el 20 de diciembre", apostaron. Cabe recordar que Antonio López-Istúriz, reelegido secretario general del PP europeo -lleva en el puesto desde 2002-, organizó breifings al más alto nivel para explicar a los gobiernos amigos la situación política en España y las dificultades de Rajoy ante el nacimiento de nuevas formaciones políticas.
Rajoy, triunfalista
Tras recibir halagos durante casi tres horas, el candidato español subió al atril con el auditorio entregado. "El 20 de diciembre, el PP podrá decir que ha ganado 4 de 6 comicios desde 1995", arrancó triunfalista. Según afirmó, sus señas de identidad son claras: el partido "de la confianza" y al que se llama "cuando las cosas están difíciles".
A sus ojos, dentro de dos meses, los españoles tendrán que elegir entre el PP o el caos. Cualquier otra alternativa a la suya contrae riesgos. "No somos un refresco de moda ni fiebre de un día", dijo sin mencionar expresamente a Ciudadanos. Sí señaló directamente al PSOE: "La historia europea demuestra que las políticas sociales son populares y no socialistas, que son incapaces de mantenerlas", y advirtió sobre el frente popular en Portugal. Por último, también se revolvió contra "secesionistas y radicales".
Frente a esa compota de partidos, se puso como ejemplo. Más aún, el mismo día de la última EPA, que demuestra que el paro bajó en 436.000 personas en su mandato cuando, con José Luis Rodríguez Zapatero, subió en 2,9 millones de personas. "La situación que afrontaba mi país en 2012 era de emergencia", recordó Rajoy, pero "hoy nos hemos rescatado a nosotros mismos y hemos mantenido los pilares del bienestar".
"Las nuestras son las recetas con las que Europa ha salvado los peores momentos y ha vivido sus mejores años, las mismas que vamos a seguir empleando en el PPE para luchar por la Unión que queremos. Una Unión volcada en el afianzamiento de su proyecto, el bienestar de nuestras sociedades y las libertades de nuestros ciudadanos. Para eso estamos aquí, para eso estamos en política y por eso vamos a continuar en el futuro", se despidió Rajoy ante sus socios.
Pese a sus referencias al proyecto europeo y a la crisis migratoria, fue un discurso en clave nacional, eminentemente electoralista. Rajoy consiguió lo que buscaba: definirse como aval de la "estabilidad" con Merkel y Sarkozy a su lado, pidiendo el voto para él a dos meses de las urnas. Se convirtió en la estrella del PP europeo, aunque en los pasillos Silvio Berlusconi -en un calculado segundo plano- le robó cierto protagonismo.
A partir de ahora, el presidente empezará a recorrerse España -este mismo sábado visitará tres localidades de la provincia de Alicante-, cerrará las listas electorales -podría haber novedades la próxima semana- y desgranará su programa, "en el que habrá muchos anuncios en el plano social". El resumen lo hacía un cargo de la dirección: "Tras la semana de pasión, ha llegado la resurrección".