"El partido es un drama", "hay desánimo general". Así resumen diversas fuentes socialistas la resignación de un PSOE sumido en la depresión tras los últimos sondeos que han comenzado a desinflar, también anímicamente, a su candidato Pedro Sánchez. "Hay que tirar para adelante" es la doctrina del secretario general que multiplica su agenda, entregado a la hiperactividad, pero "sin pensar en la estrategia", dicen estas fuentes que exigen, y recomiendan a Sánchez, "tiempo para pensar y diseñar un plan reposadamente".
Para empezar, con Cataluña. Explican a Libertad Digital que fue "un gravísimo error" no comparecer en el Palacio de La Moncloa tras su reunión con Mariano Rajoy, más aún "cuando fue Pedro quien tomó la iniciativa llamando" al presidente. Y enfrente dos emergentes, Ciudadanos y Podemos, que se crecieron en Moncloa "y que centraron su imagen" de presidenciables, forzando además la comparecencia de Rajoy. "No estamos liderando la campaña, el foco está en otra parte", dice un dirigente socialista que lo achaca al "mensaje difuso del PSOE en Cataluña", que es y va a ser la piedra angular de la campaña electoral. Y lo que es peor, ven a un secretario general cansado repitiendo mantras y centrado más en la forma que en el fondo.
"Nos hace falta una buena encuesta que nos levante el ánimo. Si hasta la nuestra (Metroscopia) no da terceros...". Pero las quinielas internas no son mucho mejores que los sondeos publicados. El pesimismo se ha instalado en las federaciones territoriales entre las que no salen las cuentas. Mirando provincia a provincia no salen más de 95 escaños, vaticinan fuentes socialistas, que ven difícil llegar a 100 escaños. Y eso, auguran, supondrá una catarsis en el PSOE. Los más optimistas sí elevan el centenar de escaños, pero sin llegar a los actuales 110, algo "prácticamente imposible".
Y frente a la debacle socialista, lejos del mínimo histórico de 2011 con Rubalcaba, la supremacía andaluza que en un escenario convulso igualaría sus 25 escaños por la federación andaluza de Susana Díaz cuyo malestar desde el nombramiento de Irene Lozano es notable y creciente. Su silencio atronador lo manifiesta en público, como en el pasado comité federal, pero en privado su voz es la que más se escucha. La última, a cuenta de la reforma laboral, podría anticipar la primera derrota de Pedro Sánchez en la conferencia política del fin de semana que viene.
Se han presentado más de 500 enmiendas, sólo sobre la reforma laboral, a la conferencia política del PSOE y en contra de la decisión de Pedro Sánchez de no derogar el coste del despido. Una rebelión que lideran Andalucía, Valencia, Castilla La Mancha, Extremadura y Asturias y que se votará este domingo en reuniones en comisión en Ferraz a puerta cerrada y sin cobertura. "Es la primera vez que no se votan públicamente en la conferencia política" con luz y taquígrafos y con la presencia de los medios de comunicación. Algo que podría deberse, según las fuentes consultadas, a que "Pedro tendrá que enmendarse a sí mismo y derogar el despido" porque de lo contrario perdería su primera votación a 40 días de las elecciones. "Se llegará a un acuerdo, dando marcha atrás", dicen otros.
Desde la llamada "detonación" de la federación madrileña de Tomás Gómez hasta la designación de la número cuatro por Madrid, Irene Lozano, "Pedro Sanchez ha agotado todas sus balas. Ha tensado mucho la cuerda y ya no tiene mas votos de confianza del partido". Advierten de que el 20D, "el PSOE no aceptará un juego de expectativas", como con el PSC. Es decir, que no se conformarán con quedar mejor que en las encuestas.
"Pedro se presenta por el PSOE, pero sin el partido". Y ésta es una realidad difícil de remontar en menos de dos meses.