Mariano Rajoy no ceja en su empeño. Cada vez que toma la palabra, insiste en echar la pelota en el tejado de Pedro Sánchez a fin de que vire de estrategia y contemple la posibilidad de una gran coalición. Su entorno reconoce que el pacto es muy difícil, prácticamente imposible, pero que el objetivo es poner a Sánchez entre la espada y la pared. "Si no hay gran coalición, que haya elecciones anticipadas. Lo otro es un disparate", según el resumen de un ministro en funciones, en conversación informal.
Con el aval del primer contrato con el PSOE y Ciudadanos para convertir a Patxi López en presidente del Congreso, Rajoy ofreció a su homólogo socialista "entendimiento, acuerdo y sentido común". Más aún, según se encargó de precisar el PP, tras el "espectáculo" de los parlamentarios de Podemos en el momento de jurar o prometer la Constitución. "Ha sido tremendo, bochornoso", repitieron casi al unísono varios altos cargos de la formación.
A tenor de esos posibles compañeros de viaje, Rajoy ratificó antes y después del pleno su decisión de explorar un acuerdo con el PSOE y Ciudadanos. "Espero que las fuerzas políticas nos concentremos en lo importante actuando con seriedad, haciendo caso del mandato de los españoles que nos han dicho que nos entendamos y nos pongamos a trabajar", dijo en los pasillos de la Cámara Baja. Mientras, en Moncloa y en Génova vendieron la tesis de que "no es ningún sectario" y está dispuesto a hablar prácticamente de todo, siempre y cuando no afecte a la soberanía nacional y a la recuperación económica.
El presidente en funciones llegó a plantear un pacto que permita que la legislatura "dure cuatro años" y que genere certidumbre tanto dentro como fuera de España. De hecho, destacó que es necesario lanzar un mensaje "positivo" a los inversores y a los mercados que, según el PP, siguen con enorme preocupación el devenir político del país. En palabras de Rajoy, "llega el momento del entendimiento". Algo que, en pocas horas, repitieron varios portavoces de su formación. María Dolores de Cospedal puso en valor el pacto "a tres" que ha permitido que López sea presidente de la Cámara: "Creemos que es una buena opción" porque "deja entrever que somos capaces de ponernos de acuerdo tres partidos que representan a una gran mayoría de españoles y cuestiones básicas como la unidad de España", arguyó en RNE. Rafael Hernando se pronunció en términos parecidos, y reiteró la voluntad de diálogo.
Pese a que es pesimista, Rajoy repetirá una y otra vez su oferta de acuerdo ahora que las negociaciones tomarán un nuevo impulso. Y, en paralelo, alertará de los riesgos de que Sánchez acabe en los brazos de Podemos. Fue muy claro ante la Junta Directiva del PP el martes: "¿Qué les va a dar a los que están planteando la liquidación de la soberanía nacional?", preguntó al líder socialista. "¿Qué votos tiene usted para hacer una reforma de la Constitución?", continuó. En línea, invitó a "tomarse las cosas en serio y dejarse de hacer titulares". "Lo que no se puede decir es que se va a arreglar un problema como el de Cataluña con una reforma federal sin decir lo que es y, además, sin tener los votos suficientes para hacerla", arguyó ante los periodistas en el Congreso.
Rajoy no cree que Ciudadanos se sume a una alianza con el PSOE y Podemos y ve un "disparate" que Sánchez intente pactar con la formación morada y otras que van en contra de la soberanía nacional. Y de ahí que, ante el "no" constante del líder socialista, las voces que auguran un adelanto electoral se multipliquen, aunque no se diga públicamente. "Es evidente que Sánchez lo va a intentar todo porque está desesperado. Pero no creo que su partido le deje cometer una barbaridad", apuntaba el martes un líder regional del PP. "Generaría inseguridad, incertidumbre y abocaría a una legislatura muy corta", zanjó el propio presidente en funciones.