Exaltación del marianismo en Córdoba. "¡Te queremos!", le gritó una entusiasmada militante al presidente en funciones. Durante varios minutos, recibió la ovación de los asistentes a la Junta Directiva local, unas 350 personas, muchas de ellas fuera de la sala. Juan Manuel Moreno, el líder regional, se plegó ante él: "El PP andaluz está detrás de ti, reconoce tu liderazgo y reivindica tu victoria", destacó varias veces. Todo con el objetivo de ensalzar la figura de Mariano Rajoy, que volvió a dejar claro que es el candidato.
Tras su sorpresiva maniobra para ganar tiempo y presionar al PSOE, Rajoy cogió un AVE y se fue a Andalucía para recibir el calor de una de las estructuras del PP más importantes. Y, desde el primer momento, recibió un respaldo incontestable. Ya el mismo viernes, en su comparecencia pasadas las ocho de la tarde en la Moncloa, se hizo acompañar de Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal para anunciar que, de momento, no irá a la investidura. Una fotografía inédita para lanzar el mensaje de que Gobierno y partido siguen unidos detrás de él, que no hay rebelión interna pese a las especulaciones. Sólo Esperanza Aguirre sugirió que debía dar un paso atrás para favorecer un acuerdo con PSOE y Ciudadanos.
"¿Y ahora qué? Yo mantengo mi candidatura. Estamos como estábamos el 20 de diciembre", sentenció un vehemente Rajoy, que intenta dejar atrás la imagen de zozobra ofrecida en los últimos días. En su opinión, sigue habiendo tres opciones encima de la mesa, y él sigue apostando por la gran coalición frente "al radicalismo, el independentismo y un Gobierno hipotecado" o la celebración de nuevas elecciones. "En la vida no vale todo", avisó a Pedro Sánchez, al que situó en el centro de todos sus ataques.
Según el líder del PP, Sánchez está en la búsqueda de un Ejecutivo con Podemos, Izquierda Unida y "todos" los partidos independentistas. Ya están negociando, según dijo, sacando a colación la cesión de senadores a ERC y CDC. "Sería un desastre para España", exclamó un simpatizante. Rajoy asintió: "Sería un Gobierno a las órdenes de Podemos, hipotecado y humillado. Para ser presidente de España, no basta con humillarse ni hipotecarse. ¡Necesitamos un presidente con dignidad!". Y, a renglón seguido, recordó que tiene capacidad de bloqueo en el Senado gracias a su mayoría absoluta.
"Sánchez ha hablado con todos salvo con el PP", se lamentó una vez más. De ahí que declinara el ofrecimiento del Rey de intentar ser investido presidente, según su relato. "En la situación actual, no podía cumplir con ese objetivo porque la mayoría de la Cámara no iba a dar su apoyo al PP. Era un fraude y una falta de respeto para los españoles ir a la Cámara para perder el debate de investidura", argumentó. Y lanzó una pregunta al auditorio: "¿Cómo va el candidato del PP a presentarse -a la investidura- a la misma hora que los candidatos de otras fuerzas que le van a decir que no están pactando y repartiéndose el próximo Gobierno?". De nuevo, fue vitoreado.
En todo caso, Rajoy mantiene su oferta, aunque ministros y altos cargos a lo que aspiran es a nuevas elecciones en mayo. "El PP entendió lo que dijeron los españoles, y son los españoles los que mandan", afirmó Rajoy, que enumeró aquellas cuestiones en las que cree que puede entender con el PSOE, como la defensa del orden constitucional. Y volvió a cargar contra Sánchez: "Ni busqué, ni busco, ni buscaré apoyos entre los que amenazan la unidad de España" o entre quienes pregonan "frivolidades económicas propias de extremistas que pueden arruinar nuestro país". "Nunca", zanjó el presidente en funciones, que da síntomas de estar más fuerte hoy que hace tan sólo unos pocos días.