Ante la nueva fase de la Operación Púnica, la dirección nacional del PP se apresuró en delegar responsabilidades políticas y apuntó directamente a Esperanza Aguirre, que sigue siendo la presidenta de la estructura madrileña. "La Guardia Civil ha estado en la primera planta, arriba no han subido para nada", enfatizó un portavoz autorizado. "Hay que preguntar al PP de Madrid", se contestó formalmente desde el gabinete de prensa.
Aguirre no se escondió, y compareció pasadas las ocho de la tarde a las puertas de la sede madrileña. "Financiación ilegal del PP de Madrid, que a mí me conste, no ha habido nunca", afirmó ante la nube de periodistas. "No tengo más que decir que colaboración con la Justicia a tope", añadió, prometiendo que se aportará toda la información requerida, como se hizo -según dijo- en el registro realizado durante la mañana de este jueves.
Según las fuentes consultadas, los investigadores se centraron en el despacho que Beltrán Gutiérrez aún dispone en las dependencias del partido a nivel regional pese a que dejó de ser gerente en octubre de 2014 por su implicación en el escándalo de las tarjetas black. Pese a ello, Gutiérrez continuó siendo "trabajador de la casa" en calidad de administrativo, y de ahí que "siga teniendo despacho". "Se han podido llevar papeles pero el ordenador sigue aquí", especificó un cargo del PP. El ex gerente presenció todo el proceso.
En este sentido, Aguirre defendió la continuidad de Gutiérrez, hombre clave durante muchos años, en el PP. "¿Por qué tengo yo que echarle? Es un funcionario del partido que, como ustedes saben, está imputado por el asunto de las tarjetas como están otros muchos señores", expuso. Aún más, justificó que mantenga el despacho porque "cesó en su puesto pero es funcionario de la casa y sigue trabajando aquí". Una y otra vez recalcó que su único interés es que, con la máxima celeridad, "se depuren responsabilidades y se aclare" lo ocurrido.
Así, mientras la líder madrileña daba explicaciones, la dirección nacional trataba de construir un muro infranqueable entre la primera y el resto de plantas de Génova13. "Lo que tiene que quedar claro es que esto no afecta a la sede nacional", contestaron al unísono varios portavoces, no sin enfatizar que Aguirre convirtió el PP de Madrid en una "isla" y siempre ha hecho distinciones con respecto a Génova.
En todo caso, la noticia de los agentes de la Guardia Civil entrando en la sede nacional supuso un nuevo mazazo para el PP sólo horas después del despacho entre Mariano Rajoy y Albert Rivera, en el que el presidente irrumpía en la negociación de investidura con una oferta que incluye cinco grandes pactos de Estado. "Prefiero ni preguntar", se lamentaba un integrante de la cúpula al observar, una vez más, cómo todos los titulares se volvían en contra y vinculaban al PP con la corrupción.
Una frustración ya latente desde hace días, toda vez el frente valenciano continúa en todo su apogeo y Rita Barberá mantiene su acta de senadora y se niega a dar explicaciones. "Si habíamos recuperado algo de impulso con las propuestas de Rajoy lo hemos perdido", lamentó un alto dirigente de la formación, en conversación informal con este diario. En todo caso, algunos cargos elogiaron el hecho de que Aguirre saliera a dar la cara, más aún teniendo en cuenta que el viernes tiene que comparecer en la comisión de investigación sobre corrupción en la Asamblea de la comunidad. "Ya podría aprender Rita", soltó un dirigente del aparato.