No había pasado ni un minuto desde que Patxi López daba por suspendida la sesión tras el discurso de investidura de Pedro Sánchez. Los diputados abandonaban el hemiciclo y los periodistas se arremolinaban en la puerta de entrada para captar las reacciones al discurso del candidato. Las televisiones conectaban en directo, mostrando la auténtica melé de periodistas que trataban sin éxito de meter literalmente el micrófono en la cara de los políticos.
Pablo Iglesias salía de los primeros diciendo que el discurso había sido "más de lo mismo", pero que tenía que irse a preparar la réplica que expondrá en su turno en el hemiciclo. Con dificultad y entre grabadoras, teléfonos, cables y micrófonos lograba abrirse paso.
Acto seguido se oía cómo un periodista advertía que salía Mariano Rajoy y la cámara se movía con dificultad entre los brazos y espaldas de los presentes buscando al presidente. Fue entonces cuando, mientras un cable casi engancha a Moragas por el cuello, Rajoy decía que sería el portavoz, Hernando, el encargado de dar la réplica. Salían apretados los políticos entre los periodistas, que comenzaron a quejarse de la situación angustiosa que vivían apelotonados en la puerta del congreso. Tanto, que al paso de los políticos se pudo oír a una de las periodistas exclamar "¡Me ha dejado sin tetas!".
Fue entonces cuando Ana Blanco decidió retomar la palabra para restar protagonismo al audio que ofrecía la cámara y que sólo recogía los comentarios de los periodistas en el pasillo de Las Cortes.