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Rajoy atiza a Sánchez, se burla de Rivera y prepara al PP para otras elecciones

Rajoy evita las propuestas y pasa al ataque. Fue durísimo. "El tapón es usted", cargó contra Sánchez. "Mariano, el renacido", según el PP.

Mariano Rajoy se recompuso y trató de recuperar el papel perdido en la cúspide política. "Tomo la palabra para anunciarles nuestro voto en contra a la candidatura del señor Sánchez", proclamó nada más subir a la tribuna de oradores. Y empezó con el aluvión de críticas, convertido en líder de la oposición. Estuvo socarrón, muy cómodo y el PP volvió a disfrutar con su líder por unos minutos. "El renacido", tal y como dijo un miembro de la dirección nacional. "Usted es el tapón", espetó a Sánchez, dando a entender que él resistirá y no hay otra salida que nuevas elecciones.

De principio a fin, Rajoy dio un auténtico repaso a Sánchez, con Albert Rivera también en la diana. Atrás quedaron las dudas sobre si iba a ser más o menos contundente. El líder del PP le tenía ganas al candidato a presidente y no ahorró descalificativos ante el momento político vigente. Un "sucedáneo" de investidura, una "comedia de enredo", una "caricatura de ficción", destacó. "Les voy a explicar -lo que ha sucedido- y ya verán como lo van a entender", se mofó en varias ocasiones de los socialistas.

Su relato, de poco más de media hora, fue demoledor. "Vino usted ayer -por el martes-, sin que nadie le hiciera sombra, a presentar una candidatura para formar Gobierno cuando, en realidad, no ha movido un dedo para formarlo. A lo mejor usted pretende que alguien se lo regale", dijo. Una representación precedida "de otra no menos teatral y altisonante", en relación al pacto entre el PSOE y Ciudadanos. "Se nos hacía pensar que estábamos ante una página histórica de dimensiones sólo comparables al pacto de los Toros de Guisando", se burló. "Un gran paso histórico que, sin duda, los niños estudiarán en las escuelas con el Compromiso de Caspe y los Pactos de la Moncloa", siguió jocoso, comparando el acuerdo con la "conjunción interparlamentaria" de la época de José Luis Rodríguez Zapatero.

Rajoy acusó en varias ocasiones a Sánchez de "engañar" a los españoles, con Rivera como actor secundario. "No me refiero al texto escrito, sino a las versiones que ustedes ofrecen. ¿Por qué no se ponen de acuerdo con su socio en lo que son y en lo que dicen? Oyéndoles da la impresión de que ese pacto encierra ideas antagónicas", preguntó a su interlocutor socialista. Insistió: "Son tantas las diferencias entre lo que usted dice y lo que dice su socio que empezamos a pensar que ninguno de los dos sabe exactamente lo que ha firmado. O lo saben y pretenden engañarnos". "¿Qué es este curalotodo? ¿El bálsamo de Fierabrás?", remató.

"Pero vayamos por partes", expuso. "Lo máximo que usted logró -en las elecciones- fue ofrecer a su partido el peor resultado electoral de su historia", echó en cara a Sánchez, recibiendo la ovación de los suyos. Ya entonces, en la bancada popular se hablaba de un líder "duro como nunca" que puso al socialista "en su sitio". "Casi logra hacernos creer que, en realidad, el PP había perdido las elecciones, y que las había ganado un tal señor cambio, con usted a la cabeza", añadió Rajoy, de nuevo con sorna.

Tras los comicios, Rajoy se topó con el "no" rotundo de Sánchez, y así lo quiso poner en valor en la cámara una y otra vez. "Le recuerdo sus propias palabras: no es no. ¿qué parte del ‘no’ no ha entendido", rememoró. "Ha rechazado usted hasta la conversación, y no precisamente con buenos modos". Y, continuando con el relato del líder del PP, llegó el momento de intentar pactar con Podemos. "Visto que no podía atender sus exigencias; visto que se alborotaban las aguas en su partido, decidió abandonar el sueño portugués y cambiar de rumbo", arguyó. Y el PSOE abrazó entonces a Ciudadanos. "Así comienza el vodevil de la negociación a dos bandas, que nos ha tenido entretenidos como una comedia de enredo en un escenario con dos puertas, por las que unos entran y otros se escabullen. Eso sí, con muchas fotos y ruedas de prensa", continuó un Rajoy venido arriba.

En síntesis, "redobles de tambores y gran expectación", pese a que los números son los que son. "En suma: viene aquí sin Gobierno y sin apoyos, esperando que los demás le arreglen lo que usted no ha querido arreglar", aseveró, acusando a Sánchez de sólo buscar su supervivencia política. Y, otra vez, le señaló por "engañar" al Rey, al Congreso y al conjunto de los españoles. "Lo que ocurre es que necesitaba disimular, agotar los plazos e iniciar en solitario la campaña electoral", incidió. "Está usted representando una comedia, si es evidente que estamos ante una candidatura ficticia e incompleta, no sé bien a qué hemos venido", pasó al ataque una vez más.

"¿Qué es lo que estamos haciendo aquí? ¿Hemos venido a ratificar una mayoría o a incubarla? ¿A votar un proyecto de Gobierno o a ver si sale?", se preguntó. La burla fue una constante. "No lo tome a mal, pero nos ha entretenido durante un mes para nada. Ya sé que han trabajado mucho, pero, dado lo poco que les cunde, más les vale no proclamarlo". Y se reafirmó en el "no": "Nosotros no vamos a rebajar nuestra dignidad hasta ese punto. Nos mantiene erguidos el respeto a nuestros electores".

Rajoy no hizo propuestas, como se barruntó. No abordó la corrupción. Ni tan siquiera se refirió a la gran coalición, pese a mentar el interés de todos los españoles. "Hablo de todos los españoles, claro. En el PP siempre hablamos de todos. No usamos cordones sanitarios. No dividimos a la gente. Detestamos el sectarismo", afirmó. Y se puso hablar de economía, y de los riesgos que atraen la incertidumbre. "Éramos un estímulo en Europa, pero nos ha colocado usted en una zona de sombra, con lo cual, muchas decisiones económicas, inversiones, iniciativas empresariales, ofertas de empleo, se vuelven recelosas, y aguardan hasta ver qué pasa", destacó.

En la réplica con Sánchez, el tono siguió siendo muy bronco. "Vamos a votar en contra de su investidura, es un fraude, no tiene un programa y pretende liquidar lo que se ha hecho en los últimos cuatro años. A usted no le interesa España", zanjó. Un "bluf", como resumió en su intervención inicial. Finalmente, aún en el escaño azul, Rajoy se revolvió ante la petición de Sánchez de que se haga a un lado. "Hay tapones y está el perro del hortelano, el que no deja que gobierne el que ha ganado y no es capaz de gobernar. ¿Qué tiene que hacer el que cosechó el peor resultado de la historia del PSOE? El tapón es usted", remató.

Rajoy no se quedó ahí. Y también buscó el cuerpo a cuerpo con Rivera, pese a que no le correspondía, toda vez no es el candidato a la investidura. Pidió intervenir por alusiones, pese a que su intención era continuar con su argumento. Mientras, en los pasillos, el PP no dudó en atizar a Ciudadanos: "Rivera es el nuevo portavoz de Sánchez" pero "sus 40 diputados no sirven para nada, no pintan nada". Esto es, sin el PSOE, la gran coalición es una ensoñación, aunque se haga por iniciar una negociación a partir del día cinco. Un extremo que llevó a no pocos diputados a proclamar que la precampaña ya ha comenzado. "Vamos a elecciones", se deslizó en los círculos populares, contentos con la intervención de Rajoy. Otra cosa es el debate sobre su continuidad al frente del barco.

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