Mariano Rajoy defendió, una vez más, su manejo de los tiempos en las cuestiones internas del PP. En esta ocasión, no respaldó a Rita Barberá, pero tampoco le enseñó la puerta de salida. "Yo no he tomado medidas -hasta ahora- porque no tenía ni idea -de la presunta corrupción en Valencia-. Ahora, hemos abierto un expediente para saber qué ha ocurrido", se defendió en una entrevista en Telecinco.
Para el presidente del PP, el punto de inflexión fue el levantamiento del secreto de sumario. "Hasta que no se levantó, no teníamos ni idea de nada", reiteró una vez más pese a que, a renglón seguido, sí admitió que había oído "alguna cosa" a través de los medios de comunicación. Este periódico desveló hace semanas el temor en la dirección nacional ante la posibilidad de que se hicieran públicas nuevas grabaciones que afectaban a cargos de la estructura en Valencia.
En todo caso, Rajoy intentó transmitir que todo está bajo control. "Una cosa es lo que ocurra en los tribunales y otra las decisiones del partido", explicó. Y, por ello, justificó su satisfacción por que Barberá vaya a comparecer ante el magistrado –algo que calificó de "bárbaro"- mientras el PP le abre un expediente informativo. “Hemos abierto ese expediente y tomaremos las decisiones que, en justicia, tengamos que tomar”, afirmó, sin entrar en detalle. “El objetivo capital es que nunca más se vuelvan a producir estas cuestiones”, añadió.
Las primeras preguntas de la entrevista fueron sobre Barberá, pero Rajoy la nombró de pasada y no mostró cercanía. "Todos los asuntos que tienen relación con la corrupción son muy agradables", dijo. Lo que sí quiso negar es que haya división o enfrentamiento con sus vicesecretarios generales. En especial con Pablo Casado y Javier Maroto, que se revolvieron contra la otrora alcaldesa. "No hubo ningún enfriamiento", zanjó.