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Rajoy: "No creo que sea bueno para España que me vaya"

"Pretendo continuar mientras esté fresco", zanja Rajoy, que defiende el sistema de compromisarios frente a quienes reclaman más democracia interna.

Mariano Rajoy se revolvió ante los vetos de sus adversarios políticos y aseguró que se encuentra "bien y con ganas" de cara a la contienda electoral y a la dura negociación que previsiblemente llegará después. "Pretendo continuar mientras esté fresco", zanjó en una entrevista en la SER, en la que se quejó de que Pedro Sánchez y Albert Rivera pretendan influir sobre quién dirige el Partido Popular.

"No creo que sea bueno ni para España ni para el PP que yo me vaya", destacó por dos veces el jefe del Ejecutivo. Según su diagnóstico, mejorará resultados el próximo 26 de junio y ello le permitirá afrontar la batalla política con fuerzas. Tal y como avanzó este diario, el martes informó al Comité Ejecutivo de que las encuestas hoy son más positivas, por lo que podría alcanzar los 130 diputados.

En la SER, Rajoy no buscó ningún acercamiento a Rivera, al que pidió que se dedique a lo suyo, aunque matizando que ni con él ni con Sánchez ha tenido ningún "desencuentro". "Estoy en un buen momento" pese a que "me ha tocado presidir un Gobierno en unas condiciones extraordinariamente difíciles", reafirmó una vez más su liderazgo.

Rajoy volvió a repetir que no pensó renunciar "en ningún caso" en estos últimos cuatro meses, e insistió en que "nadie de un partido es quién para elegir al líder de otro partido". A partir de ahí, dejó la puerta a dar un paso atrás en caso de ser relegado a líder de la oposición la próxima legislatura, lo que siempre se ha dado por descontado en el PP. "Imprescindible no hay nadie en ninguna faceta de la vida", añadió, aunque, por enésima vez, defendió su candidatura.

A favor de los compromisarios

Partiendo de esta base, se negó a poner fecha al demorado congreso nacional, que en ningún caso se celebrará antes de las elecciones. Ante el clamor interno para aumentar la democracia interna en la formación, Rajoy se mostró convencido de que el sistema de compromisarios "funciona bien" y "con él hemos llegado hasta aquí". Eso sí, no se negó a escuchar "atentamente" al partido y a "debatir" sobre las posibles opciones. Altos cargos como Javier Maroto, Pablo Casado, Esperanza Aguirre o José María Aznar le han instado a utilizar sin demora la fórmula "un militante, un voto".

A Rajoy le preguntaron sobre los debates electorales, pero no quiso concretar nada. Según La Razón, en esta ocasión sí se enfrentará a los rivales de PSOE, Ciudadanos y Podemos en un mismo plató de televisión. "Es evidente que, en una democracia, hay que hacer debates y someterse a las preguntas de los medios", fue lo más que dijo, no sin precisar que acatará las órdenes de Jorge Moragas, su jefe de campaña. Sobre el cara a cara con Sánchez, reconoció que lo hará, pero que no le genera ningún entusiasmo.

"Voy a trabajar por ganarme la confianza de los españoles", aseguró en un momento de la entrevista con Pepa Bueno. Sacó pecho de los últimos datos de empleo, y prometió dos millones de puestos de trabajo en los próximos cuatro años si se mantienen las reformas. Además, negó que el Ejecutivo no esté cumpliendo con la reducción del déficit público.

En todo caso, los momentos más tensos llegaron, como siempre, con la corrupción. "A mí no me ha citado un tribunal nunca", recalcó visiblemente molesto. Rehusó contestar sobre la posibilidad de que la mujer del comisario Miguel Arias Cañete se haya acogido a la denominada amnistía fiscal e intentó cortar las preguntas sobre la dimisión de José Manuel Soria. "Se lo digo con absoluta nitidez y claridad: nunca", replicó cuando le abordaron por la presunta financiación ilegal, y entre reproches porque Ricardo Costa quiera que vaya a declarar ante la Justicia.

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