Es el primer y único acto que figura este viernes en la agenda de Pedro Sánchez. Convencido de que sería un 'pelotazo televisivo', el equipo del candidato socialista confiaba en que la imagen en los telediarios cautivase el foco de atención mediática durante toda la jornada. Pero en esta tormenta perfecta en la que está inmerso el PSOE, las cosas no han vuelto a salir como esperaban.
De los nueve domicilios a los que ha llamado a su puerta, Sánchez ha sido recibido en cinco con los brazos abiertos, pero en los cuatro restantes la respuesta ha sido un escueto 'no gracias'. "Cuestiones de imagen", alegaban en el equipo del candidato que "no querían que se grabara en sus domicilios particulares" aunque los vecinos poco afines no han mostrado interés tampoco en conversar con Sánchez.
El portazo lo ha recibido el miembro del Comité Electoral, Rodolfo Ares, quien acudía de avanzadilla a pulsar la receptividad de los vecinos del número 27 de la calle Simón Hernández. Supuestamente, Sánchez jugaba en casa ya que se trata de un tradicional caladero de voto socialista, un granero de votos del PSM, no en vano gobernado por el socialista David Lucas, presente en la visita.
Encontronazo con Iglesias
Pese a todo, el equipo socialista ha concluido satisfecho el experimento que comenzaba con una primera visita a Mercedes y Ramón. Un matrimonio de unos 80 años que ha recibido al líder del PSOE con los brazos abiertos y a quien le han relatado la importancia de la movilización estos comicios: "Yo les digo a mis hijos que quien no vota es como si estuviera muerto", comentaba el hombre.
Con la poca naturalidad y soltura que le caracteriza, Sánchez ha escuchado sus reclamaciones y sus quejas por la pérdida de valor de sus pensiones en los últimos años, y se ha comprometido ante ellos que si logra ser presidente, se someterá a una cuestión de confianza a los dos años de ser nombrado.
Más llamativas y sorprendentes han sido las dos siguientes visitas. En una de ellas era recibido por Ángel y Maria Dolores, jubilados extremeños, quienes le han invitado a entrar en el salón. En el interior, Pablo Iglesias, el líder de Podemos, en el televisor de la sala siendo entrevistado en un programa de La Sexta. "Ah, yo voy mañana", ha dicho Sánchez restándole importancia. "Bueno, ¿estás animado?", le ha preguntado Sánchez al hombre que no ha escatimado en análisis de todo tipo. Que si "hay que darle la vuelta a las encuestas", que si "el PP tiene siete millones de votos aunque nos robe la cartera", o que "hay que pelar para conseguir que al menos un 20% del 30% de abstencionistas sea para nosotros.
Sánchez se ha marchado optimista del encuentro: "Yo siempre estoy animado, nos va a ir mucho mejor de lo que dicen", ha señalado tras una visita en la que una señora, declarada interventora del PSOE en mesa electoral en las pasadas elecciones, pusiera así en tela de juicio a la dirección del PSOE y el supuesto carácter espontáneo de esta innovadora petición del voto: "Ay, Pedro Sánchez, te llevo esperando toda la mañana".