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Rajoy tiene lista la reforma para votar el 18D y sigue sin hablar del PSOE

“No somos quien para decir o no si hay cambios de interlocutores”, zanja Santamaría sin citar a Sánchez. La orden es seguir en silencio. 

“No somos quien para decir o no si hay cambios de interlocutores”, zanja Santamaría sin citar a Sánchez. La orden es seguir en silencio. 
Soraya Sáenz de Santamaría, en una imagen de archivo. | EFE

Mariano Rajoy sigue con su plan de que, llegado el caso, las elecciones generales se celebren el 18 de diciembre y no el día de Navidad, como él mismo decidió en un primer momento para tratar de presionar al Partido Socialista. El PP presentará el próximo lunes en el Congreso una reforma de Ley Orgánica del Régimen Electoral General, y Soraya Sáenz de Santamaría auguró el consenso de todos. "Creo que nadie quiere que se celebren unas elecciones el 25 de diciembre", arguyó al término del Consejo de Ministros.

En este sentido, desde el Gobierno y el Grupo Popular confirmaron contactos en el Congreso con el Partido Socialista, pero siempre sobre cuestiones concretas como las relativas a la imposibilidad de aprobar los Presupuestos Generales del Estado por estar en funciones. En cuanto a la reforma electoral, además de recortar en una semana la campaña, el texto agiliza plazos legales, suprime gastos y también requisitos para las candidaturas, según la agencia EFE.

¿Quién es el interlocutor de Rajoy?

Sobre la crisis de Ferraz, la vicepresidenta se afanó en esquivar las preguntas de los periodistas, como llevan haciendo los distintos portavoces de Rajoy desde hace días. "No voy a entrar en la situación interna de otros partidos y hasta ahí le puedo decir", dijo en un momento de su comparecencia. "No somos quien para decir o no si hay cambios de interlocutores. No debemos inmiscuirnos en ese proceso, lo respetamos y deseamos que el PSOE lo resuelva", añadió sobre el papel actual de Pedro Sánchez, al que ni tan siquiera mentó.

Si hubiera alguna emergencia nacional, sugieren en Moncloa, Rajoy descolgaría el teléfono y llamaría a Sánchez. Si bien, oficiosamente, el PP dio a entender que desconoce quien dirige actualmente el PSOE y de ahí "que deben de aclararse cuanto antes". "No podemos ayudar y dar legitimidad ni a unos ni a otros", zanjaron desde la dirección nacional de la formación. "El Gobierno no va a comentar la situación del PSOE. No es nuestra tarea", remató la propia Sáenz de Santamaría.

La consigna es mirar para otro lado y no tomar una posición hasta que la situación se aclare en la formación rival. Lo más que dijo Pablo Casado esta semana es que espera "lo mejor para el PSOE", toda vez es clave para desbloquear la situación política. Si bien, antes del polvorín provocado por los comicios vascos y gallegos, el equipo más próximo a Rajoy afirmó sin titubeos que España está abocada a otras elecciones "con Sánchez al frente del PSOE".

De hecho, en línea con esto último, Rajoy reconoció recientemente en privado su incapacidad para entenderse con Sánchez, con el que no tiene buena relación ni tan siquiera en las distancias cortas. Por supuesto, no le ha llamado en estos días, aunque sigue muy pendiente de los acontecimientos que suceden en Ferraz. "Toca esperar" aunque "nosotros, mientras, trabajamos", se encargaron de aseverar en Moncloa después de las críticas por una agenda prácticamente vacía. El jueves, el presidente en funciones reunió a la Comisión Delegada para Asuntos Económicos para aprobar el reparto del Fondo de Liquidez Autonómico del cuarto trimestre de 2016 y diversas actuaciones en apoyo de las empresas exportadoras. Y, este viernes, además de presidir el Consejo de Ministros, acudió a Oporto para inaugurar una exposición de Miró, en la que coincidió con Carles Puigdemont, el presidente de la Generalidad.

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