Mariano Rajoy se mostró "esperanzado" de que concluya en breve el bloqueo político. Confirmada su línea de comunicación con Javier Fernández, el responsable de la gestora socialista, el presidente en funciones reiteró que no le impondrá "ninguna condición" para que el PSOE se abstenga en la votación de investidura y destacó que el objetivo primordial es que "España tenga un gobierno urgentemente" y se puedan evitar así las terceras elecciones.
De las palabras de Rajoy se desprendió que da por hecha la abstención técnica del PSOE. "Haré política de luces largas, mirando el futuro y estoy esperanzado de que los demás también lo hagan", destacó en un acto con afiliados en Zaragoza. Antes, asumió que la legislatura que se le presenta no será fácil, pero precisó que no tirará la toalla. "Haré todo lo que esté en mis manos para ganarme la gobernabilidad, trabajaré día a día", insistió, dando por hecho que seguirá en el palacio de la Moncloa. "Para las navegaciones difíciles, hacen falta capitanes que tengan fijada una hoja de ruta y no le tiemblen las manos como tú", le elogió Luisa Fernanda Rudi.
En el PP temen una legislatura a cara de perro, con todas las formaciones compitiendo en dureza contra Rajoy. Y él mismo admitió que sabe de "la composición de la Cámara", más aún después de que la pasada semana su grupo se quedara constantemente en minoría durante las votaciones. Si bien, lo asumió: "Trabajaré con humildad, con paciencia y atendiendo a los intereses generales de los españoles", pronunció, recibiendo la ovación de los más de 2.000 simpatizantes congregados.
Además, el presidente en funciones trató de sobreponerse tras el cruce de declaraciones vivido esta semana -con ministros y altos cargos hablando de una abstención del PSOE con condiciones y otros admitiendo en privado que el mejor escenario pasaría por otros comicios- y repitió una vez más lo dicho ante el Comité Ejecutivo del 21 de diciembre, un día después de las generales. "Se nos podrá criticar por muchas cosas, pero no por haber mantenido la misma posición desde el primer día", llegó a decir, pese a la confusión generada.
Rajoy no mentó a Fernández, pero su entorno quiso dejar claro que el clima entre ambos es bastante positivo. El viernes, Soraya Sáenz de Santamaría no descartó una reunión entre ambos en breve, aunque respetando "los tiempos" del PSOE, que aún ha de celebrar su Comité Federal. "El PP no quiere terceras elecciones, sería una locura y un disparate, nadie saldría beneficiado. Con casi 300 días de gobierno en funciones, ya hemos tenido suficiente. Lo lógico y lo razonable es que las cosas vuelvan a la normalidad", remató el líder popular.
No menciona el juicio de Gürtel
En Zaragoza, Rajoy hizo una loa al militante y repartió diplomas a los nuevos integrantes de la familia del PP. "Algunos siguen sin entender a este partido y así les va. Sabemos estar a las duras y a las maduras", proclamó, no sin repetir en varias ocasiones que en cualquier rincón del país hay alguien que "enarbola con orgullo" la bandera de la formación. No hizo, eso sí, ninguna mención a los juicios sobre Gürtel y las tarjetas black que ha llevado al banquillo a históricos del partido, que hoy ya están apartados, como Luis Bárcenas o Rodrigo Rato.
Por el contrario, para disfrute de los presentes, se centró en atacar a Podemos y, también veladamente, a Ciudadanos. "La aportación del radicalismo y de los aficionados a la política es siempre la misma: inestabilidad, retroceso y paralización del funcionamiento normal de la economía y las instituciones", fueron sus palabras. "Esto es lo que ocurre cuando se pacta con extremistas, radicales y aficionados", se reafirmó. En un momento dado, volvió a sacar pecho del PP frente a las "pandillas" que, a su juicio, están ahora de moda.