En una entrevista que publica este domingo el diario El País y de la que se hace eco Efe, el presidente del Principado de Asturias habla de la situación política y de cómo afrontarla y hace un canto a un pragmatismo que se echaba a faltar en el PSOE desde hace tiempo: "La realidad es compleja, y alguien tiene que hacerse cargo de ella" ha afirmado.
"El no a un Gobierno del PP está en la médula de los militantes del partido, por tanta corrupción y por los recortes. La contundencia con la que los dirigentes socialistas han rechazado una posible abstención ha ahondado en ello", asegura Javier Fernández, que añade que, si embargo, "se ha revelado imposible otra opción de Gobierno, por lo que ahora se requiere un aterrizaje forzoso en el principio de realidad, que no sintoniza con el sentimiento de los militantes más fervorosos".
El presidente de la Comisión Gestora ha insistido en que "abstenernos no es apoyar. Eso es un concepto muy primario de la política. La política no es poesía, es prosa. No es sentimiento, es razón".
Ni plebiscitos ni asambleas
Fernández explica que su formación política "no tiene una cultura plebiscitaria sino representativa" y recuerda además que "el PSOE sería señalado como chivo expiatorio si hay elecciones".
En cuanto a la posibilidad de que no se cumpla la disciplina de voto, el presidente de Asturias se muestra convencido de que si tiene que haber una votación sobre la abstención, el grupo parlamentario socialista "responderá con lo que ha sido siempre la tradición del partido".
Por lo que se respecta a la forma de hacer oposición, Fernández dice que "el PSOE no se plantea en ningún caso una alianza con el PP, pero –afirma– claro que hay asuntos de Estado en los que siempre estaremos con el Gobierno. La oposición no hay que plantearla siempre desde el antagonismo, sino desde la utilidad a los ciudadanos".
El actual líder del PSOE habla también del próximo congreso del PSC, el fin de semana que viene, del que espera que sea "más ideológico que identitario". Fernández asegura que aspira a que un nacionalista catalán, "aunque no se sienta nunca integrante de la nación española, sí se sienta ciudadano del Estado español. Yo intento separar la identidad de la ciudadanía".