"Vamos a esperar". Mariano Rajoy no quiere ponérselo aún más difícil a Javier Fernández, del que tiene una buena opinión. En el PP observan con preocupación los últimos movimientos en el seno del Partido Socialista, pero la orden es no decir nada hasta después del Comité Federal, que en principio se celebrará el próximo domingo. El momento para Fernández "no es nada fácil", llegó a reconocer el presidente en funciones en una charla informal con periodistas en Salamanca.
En esa conversación, sin cámaras delante, Rajoy insistió en que lo mejor que puede hacer es estar callado y no poner en ningún brete a su interlocutor socialista, con quien no ha hablado en los últimos días aunque tiene intención de hacerlo en breve. En opinión de su equipo, su postura está clara y pasa por no poner ninguna condición a una hipotética abstención del PSOE para que dé inicio la legislatura y se eviten así unas terceras elecciones en diciembre.
Mientras tanto, a la espera de que Ferraz mueva ficha, Rajoy se declaró una vez más "muy tranquilo". Este lunes, Moncloa le programó un acto en Salamanca -en concreto, una intervención ante la comisión del VIII centenario de su universidad- y el PP enmudeció por completo. No hubo reunión del Comité de Dirección ni tampoco rueda de prensa posterior. En su intervención, el líder popular se limitó a abogar por "trabajar juntos por los grandes objetivos nacionales", aunque no se refirió en concreto al PSOE.
En principio, Rajoy ya no tendrá más agenda pública esta semana hasta el jueves, cuando se trasladará a Bruselas para participar en el Consejo Europeo. Al término, ya el viernes, es tradición que comparezca ante los medios de comunicación. Será entonces cuando el presidente en funciones se tendrá que pronunciar por primera vez sobre una cuestión de la que lleva huyendo días: el caso Gürtel y la declaración de Francisco Correa, cabecilla de la trama, en la Audiencia Nacional.