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Las trampas de la alcaldesa de Sant Cugat y una 'estelada' por los suelos

La convergente Mercè Conesa retiró por orden judicial una estelada de una plaza para colocarla en otra; unos desconocidos la han arriado.

La alcaldesa convergente de Sant Cugat (Barcelona) y presidenta de la diputación provincial, Mercè Conesa, recibió el pasado 14 de noviembre un auto del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Barcelona en la que se le daban diez días para cumplir una sentencia del 22 de julio que ordenaba la retirada de la estelada izada en un mástil de la plaza Lluís Millet de la localidad.

Sociedad Civil Catalana (SCC) había presentado un recurso ante la negativa del Ayuntamiento a aceptar el requerimiento que un grupo de residentes en Sant Cugat dirigió a la alcaldesa para que retirase la bandera estelada de la citada plaza. El auto judicial rechazaba los argumentos esgrimidos por la defensa del consistorio, que alegaba que la decisión causaba perjuicios tales como la "limitación del derecho y deber de la libertad de expresión de los cargos electos municipales". En su respuesta, el magistrado recordaba a Conesa que son los ciudadanos y no las instituciones los titulares del derecho a la libertad de expresión.

Así las cosas, Conesa, que hasta el giro separatista de Convergencia era tenida por una moderada y ahora ejerce de radical en una de las poblaciones con mayor renta per capita de Cataluña, decidió no esperar los diez días de margen que le daba el auto y retiró este martes la estelada de la plaza Lluís Millet, como ordenaba la sentencia, para colocarla al cabo de unas horas en la plaza del Monasterio.

Nadie podía decir que la alcaldesa no había cumplido la orden judicial, pero tampoco que no se había salido con la suya y la bandera separatista, de notables dimensiones, seguía a la vista en un espacio público y por decisión municipal.

Conesa se sumaba así a la guerra de las banderas iniciada por el separatismo. Sin embargo, la estelada en cuestión iba a durar poco en su nuevo mástil. Por la noche, un grupo desconocido de personas arrió la bandera y la dejó a las puertas de la redacción de una revista local con una nota dirigida a la alcaldesa: "¡Basta de robarnos! Basta de abusar del poder público, basta de usar las instituciones en beneficio propio, basta de dividir, basta de robarnos el espacio público. Sant Cugat es de todos".

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